CRISIS FISCAL SE SUMA A LAS PRESIONES SOBRE LAS TASAS DE INTERÉS
A diferencia de Luis Guillermo Solís, Carlos Alvarado ya no tiene a su favor ni al tiempo ni a las variables económicas.
Para algunos es un estilo de “tormenta perfecta”, ya no tiene los vientos de cola que le tocaron al pasado mandatario.
La situación fiscal es apremiante, aun cuando parece que existe un mejor ambiente político para aprobar una reforma fiscal (y que esta vez se puso sobre la mesa la necesidad de una desde el inicio) el escenario todavía no es claro.
Rocío Aguilar, la nueva ministra de Hacienda, debe presentar lo antes posible el plan de contención del gasto, con acciones concretas y creíbles y no cosméticas, indican varios analistas.
Las calificadoras de riesgos están a la espera de ver cómo actúan las nuevas autoridades y la Asamblea respecto al tema fiscal, de lo contrario nuestra calificación de riesgo pasará a grado aún más basura (de BB- a B+ o estable).
Con esto los problemas serán más grandes, porque muchos inversionistas que hoy ven a Costa Rica para hacer inversiones dejarían de hacerlo, incluso fondos de pensiones e inversión extranjeros tendrían que vender sus posiciones con bonos nacionales porque sus comités de inversión nos les permiten tener este grado de riesgo.
Las tasas de interés tenderían a aumentar, los precios de los bonos caerían; en general el ambiente sería muy pesado.
Incluso el tipo de cambio se vería afectado, ya que muchos inversionistas actuales podrían sacar dólares del país.