Hospital Clínica Bíblica abrió su primera Clínica Cardio-Oncológica
Quimio o radioterapias pueden desarrollar desde insuficiencia cardiaca hasta enfermedad coronaria
En muchas ocasiones los pacientes que fueron sometidos a quimio o radioterapias pueden desarrollar problemas en la estructura y función de su corazón.
Para dar un mejor abordaje y un seguimiento más integral, el Hospital Clínica Bíblica innovó con la creación de su primera Clínica Cardio-Oncológica.
Tras varias investigaciones el centro médico privado puso en marcha esta clínica, con la que busca unir esfuerzos en estas dos áreas de la medicina para determinar estrategias y disminuir efectos cardiotóxicos, que son alteraciones en el corazón producto de las terapias contra el cáncer.
“La clínica cardioncológica consiste en la atención de pacientes con cáncer, con el objetivo de facilitar el tratamiento y minimizar la toxicidad cardiovascular. Promueve la prevención y tratamiento precoz de la cardiotoxicidad, así como evitar suspensiones de quimioterapias, optimizando los resultados en salud. Una preocupación excesiva por la aparición de toxicidad cardiovascular puede impedir terapias potencialmente curativas, mientras que la subestimación de este riesgo compromete el pronóstico vital a largo plazo”, afirmó Juliana Salas, cardióloga del Hospital Clínica Bíblica.
Algunas de las enfermedades que puede llegar a desarrollar el paciente que se somete a tratamientos contra el cáncer son insuficiencia cardiaca y enfermedad coronaria.
Con la nueva clínica, el corazón de los pacientes oncológicos será evaluado no solo previamente al inicio de algún tratamiento, sino de forma periódica y una vez concluido.
Con estos chequeos, el especialista buscará factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollar esas complicaciones y dará las recomendaciones a seguir luego de la evaluación.
En este nuevo centro, los pacientes tendrán una valoración, gracias a que se les practica un ecocardiograma basal previo al uso de quimioterapia junto a un examen que se llama prueba de troponina.
Posteriormente se repiten estas pruebas dentro de tres a seis meses; y al finalizar la quimioterapia, lo que permite valorar si existe algún cambio o si la función del corazón está comprometida, incluso antes de que se manifiesten lo síntomas.
De esta manera se aborda cuanto antes y se previene el desarrollo de insuficiencia cardiaca asociado al uso de quimioterapia.
Aunque los tratamientos que combaten el cáncer son tóxicos, su incidencia en el desarrollo de complicaciones cardiovasculares dependerá de las dosis que se le administran al paciente.
Sin embargo, se tiene identificado que las mujeres, con al menos un factor de riesgo cardiovascular que requieren una quimioterapia llamada antraciclina, son las más propensas a desarrollar estos males.
“Aún no tenemos estadísticas en el país pero se estima que alrededor del 10% de los pacientes que se han sometido a quimio o radioterapia pueden presentar alguna manifestación cardiovascular. De su detección precoz dependerá la mortalidad asociada al tipo de cardiopatía desarrollada”, agregó Salas.