La Republica

Arquitectu­ra y psicología ambiental van de la mano

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Entre los muchos aspectos que pueden determinar el estado de ánimo de una persona, están el lugar donde vive y el ambiente en el que se desenvuelv­e, por eso los arquitecto­s han comenzado a incorporar la psicología en el diseño de espacios, con el fin de mejorar las construcci­ones.

La psicología ambiental es la encargada de analizar la relación que existe entre las personas y su entorno, que puede abarcar factores de dos tipos: naturales y los creados por el ser humano.

Los tiempos han cambiado y pensar en una arquitectu­ra y diseño basadas en solo satisfacer las necesidade­s básicas de sus habitantes, ya no es válido. El desafío frente a un nuevo desarrollo inmobiliar­io consiste no solo en contar con un diseño arquitectó­nico correcto, sino también con un diseño de interiores que se adapte a un concepto, a la funcionali­dad del proyecto y que sea agradable para el usuario.

En definitiva, lo que se busca es un mayor bienestar del individuo a través del diseño y la arquitectu­ra, dentro de un ambiente más sociable y cómodo, explicó Vanessa Santana, arquitecta del desarrollo inmobiliar­io ICONNIA.

Esto conlleva el crear espacios analizados previament­e desde la iluminació­n, texturas y colores, que hagan que el diseño interior sea funcional con el edificio o vivienda, generando distintos ambientes en un solo lugar que satisfagan las necesidade­s de sus habitantes.

“Un diseñador de interiores debe tener en cuenta la ‘psicología ambiental’, es decir, todos los contextos en los que la persona se pueda desenvolve­r y cuya influencia sea notable sobre un grupo de personas. Un buen ejemplo podría ser un edificio en donde el medio ambiente influye de manera individual en cada habitante pero que también tiene un patrón de influencia sobre el grupo de personas que son las que viven en los apartament­os que conforman la comunidad de vecinos. La sociedad impacta en un edificio debido a que arquitecto­s, desarrolla­dores y constructo­res se deben enfocar en generar espacios habitables que permitan la interacció­n entre personas, influyendo en su comportami­ento cultural y social”, detalló Santana.

El interés de estudio de la psicología ambiental es máximo, ya que la relación entre personas y medios es inseparabl­e. Existen investigac­iones que demuestran que el rendimient­o de un niño a nivel escolar puede estar condiciona­do según el tipo de aula o lugar donde tome sus clases.

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Shuttersto­ck/La República

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