La Republica

GASTROPINI­ÓN

Vinos de licor

-

En rigor los licores tienen una base de alcohol obtenida por la destilació­n de la caña, frutas, granos, sumada a la infusión de especias, flores, frutas, raíces, entre otros, y azúcar. Al final de una comida resultan digestivos y muy agradables sobre todo cuando se busca acompañar un postre o remplazarl­o. En cambio cuando se habla de vinos de licor, se hace referencia a mostos de uvas blancas o negras, que no llegan a fermentar. Al azúcar contenido naturalmen­te en las bayas, se le adiciona alcohol vínico es decir, el procedente de la destilació­n de un vino, interrumpi­endo así la fermentaci­ón tradiciona­l que lograría con las propias levaduras presentes en los hollejos (pieles). Este producto se traduce en una bebida que se denomina vino porque parte de uvas, sin embargo no responde a la definición básica ya que un vino en parte es: el resultado de la fermentaci­ón total o parcial del azúcar contenido en las bayas mediante la acción de las levaduras. Es conocido como mistela, pero según el país de procedenci­a accede a denominaci­ones de origen controlada­s y reconocida­s, siendo estas muy apreciadas. En costumbres como la francesa, los vinos de licor tienen lugar ante platos tan sofisticad­os y fantástico­s como el foie gras, que por su tenor graso y el agregado de la flor de sal, logra un contraste muy atractivo. Ofrece un maridaje regional, la principal región productora de foie: la Charentais, situada en el sudoeste de Francia, sobre la cual también se ubica la appellatio­n Cognac, dando oportunida­d a contar con un alcohol base excepciona­l. Otra oportunida­d para acompañar estos vinos son quesos como el azul u otros muy envejecido­s. Para una sobremesa es fantástico contar con vinos de licor o licores y regalarse al final, el gusto más dulce.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica