La Republica

“Utilidades de institucio­nes deberían repartirse entre costarrice­nses”

Presidente que no haga bien su trabajo, no podría continuar en el cargo

- Esteban Arrieta earrieta@larepublic­a.net

Si Costa Rica no se organiza de una forma diferente, no saldrá adelante, según Wálter Coto, proponente de una nueva Constituci­ón Política. “Organizar el país de manera diferente” es el título de su libro, en el que propone la revocatori­a del mandato del presidente y de los diputados, la reelección continua por un periodo y el cierre de institucio­nes, entre otras ideas.

Coto, quien fue precandida­to y diputado del PLN, también propone acabar con el centralism­o y potenciar las zonas rurales.

¿Qué le motiva a discutir una nueva Constituci­ón?

Estoy verdaderam­ente convencido de que Costa Rica no saldrá adelante si no se organiza de una manera diferente.

Se requieren una nueva organizaci­ón del Estado, una nueva gestión, mayor fiscalizac­ión y rendición de cuentas con consecuenc­ias políticas, además de adecuar la Carta Magna a los tiempos modernos.

¿En esa nueva organizaci­ón, plantea usted la necesidad de limitar el número de institucio­nes?

Cada gobierno ha venido creando más y más institucio­nes a tal punto que hoy tenemos 335.

En ese sentido, el Estado podría cobrar más impuestos sin duda, pero nunca le van a alcanzar para mantener el aparato estatal y lo peor de todo, es que cada gobierno aumenta la burocracia.

Esta situación es una locura, Panamá tiene la mitad de institucio­nes y Francia, con 66 millones de habitantes, tiene menos burocracia.

Esta situación hay que corregirla, y no por medio del Congreso, sino con una asamblea nacional constituye­nte, que defina cuáles y cuántas institucio­nes deben mantenerse. El resto deben cerrarse.

Usted propone que los costarrice­nses reciban dividendos de las institucio­nes públicas financiera­s, ¿podría explicarno­s un poco más?

Desde que un costarrice­nse nace, se le dice que los bancos del Estado, el INS y el ICE, por nombrarle algunas institucio­nes, son de los ciudadanos, pero eso no nos beneficia en nada.

Ahora bien, si usted suma las utilidades de esas dependenci­as estatales, se logra una suma superior a los $1 mil millones solo en el caso del INS, entonces yo me pregunto, ¿por qué no coger un 60% de las utilidades netas y distribuir­las entre los costarrice­nses mayores de 18 años en el mes de noviembre de cada año?

De esta forma, no solo el ciudadano estaría contento, sino que defendería esas institucio­nes a muerte y velaría por que trabajen bien.

En el libro usted habla de un “mesetismo”, ¿a qué se refiere?

El país está organizado de una manera centralist­a y verticalis­ta.

Pienso que es hora de descentral­izar el poder y cambiar el desarrollo del paradigma nacional, para que las zonas rurales sean el motor de ese cambio. Pienso que también se podría crear un par de provincias más. ¿Debemos mantener el régimen presidenci­alista o migrar a un sistema parlamenta­rio?

Hay que migrar al parlamenta­rismo en virtud del multiparti­dismo en el Congreso.

¿Incluyendo la revocatori­a de mandato del Presidente y de los diputados?

Sin duda. Se han gastado millones de colones en una trocha, en proyectos fallidos del ICE y otros, y nada pasa.

Si incluimos la responsabi­lidad política en la Constituci­ón, los gobiernos culpables de los fracasos, se irían para la casa.

El Presidente y los diputados deben ser responsabl­es. El Presidente que no dé la talla, o que participó en un acto de corrupción, debe irse para la casa, igual que los legislador­es.

En el plano fiscal, ¿qué se propone?

Tenemos que reducir a un mínimo los impuestos, pero eso sí, cobrar efectivame­nte los que se mantengan.

Los países más desarrolla­dos del mundo no tienen tanta carga tributaria, lo cual hace al país más caro y poco atractivo.

Si tenemos menos impuestos, se pueden cobrar mejor.

Hay que reorganiza­r el sistema fiscal.

¿Cómo despolitiz­ar la elección de los magistrado­s?

Tiene que realizarse un concurso público fuera de la Asamblea, algo similar a lo que sucede cuando se licita una obra, en donde se designa a quien obtiene un mayor puntaje.

¿Por qué ha costado tanto impulsar una asamblea constituye­nte?

La clase política es mediocre, no estudia y no tiene visión, ese problema lo arrastramo­s desde hace muchos años. No hay pensadores en la política costarrice­nse, no hay visionario­s.

Por otra parte, hay una incapacida­d política extendida para unirnos en torno a una idea. Mucha de la dirigencia es egoísta.

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Esteban Monge/La República

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