Mi Tallercito de Madera: negocio que nació con solo una herramienta
Emprendedora halló su nicho en materiales didácticos para centros educativos
Lo que inició con una sola máquina y como un proyecto para aportar económicamente al hogar, hoy cuenta con un taller completo y con múltiples centros educativos como clientes. Esa es la historia del emprendimiento de Karla Pérez, llamado Mi Tallercito de Madera.
Este negocio se encarga de confeccionar diversos materiales didácticos para primaria y preescolar. Ya sean: murales, rompecabezas, abecedarios, estanterías, y demás, todos personalizados en madera tipo country.
Más de 15 centros educativos de San José, Limón, la Zona Sur y demás lugares del país le solicitan sus servicios.
Incluso afirma que algunos de sus productos han llegado a Estados Unidos, sin embargo, no todo fue de la noche a la mañana.
Después de casi cinco años fue el momento de expandirse. Armó su propio taller en un edificio vecino a su casa, en el cual aún se mantienen en crecimiento, ya que pudo incorporar nuevas mesas de corte, dibujo y pintura.
En cuanto a las metas de Mi Tallercito de Madera, Pérez visualiza profesionalizarse en diseño gráfico (carrera que empezó a estudiar desde el año anterior), para así innovar en nuevos materiales. De igual forma, pretende incorporar la capacitación tanto a niños como adultos en artes plásticas.
Previo al trabajo para estas instituciones, Mi Tallercito de Madera se remonta a finales de 2008, fecha en que fue fundado a partir de la necesidad económica de Pérez tras el nacimiento de su segunda hija. Tomó su habilidad y pasión por el dibujo, pintura y trabajo con madera para realizar de forma esporádica algunos artículos para baby showers, cumpleaños y decoraciones de habitaciones para niños.
Todo lo anterior en condiciones poco favorables y sin la cantidad de implementos necesarios.
“Mi primera herramienta la adquirí en 2008, y fue una sierra caladora manual que compré gracias a un préstamo que me hizo mi papá. Para abril de 2010 conseguí, ya con fondos propios, mi primera sierra caladora de banco; hoy contamos con: dos taladros, una lijadora, una sierra de mesa y un trazador gráfico de corte”, comparte Pérez sobre la evolución de la iniciativa.