La Republica

¿Cuáles medidas se barajan para habilitar más camas en hospitales ante ola de pacientes con Covid-19?

Negociació­n con hospitales privados avanza, mientras se propone ubicar en albergues a pacientes en abandono y a contagiado­s en centros de aislamient­o temporal

- Karla Barquero karlabarqu­ero.asesora@larepublic­a.net

Ante la saturación de pacientes con Covid-19 que enfrentan los hospitales de la Caja, se ha tenido que recurrir a medidas de emergencia para liberar camas.

Por ejemplo, está en camino el trámite para la contrataci­ón de camas de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de los hospitales privados.

Esta medida se vuelve vital consideran­do que, al martes de esta semana, se reportaban 454 pacientes en camas UCI de la Caja, cuando la capacidad máxima para una atención óptima es de 359.

“Estamos tramitando una solicitud que nos hicieron la semana pasada para poder aplicar por el Fondo Nacional de Emergencia la contrataci­ón de camas UCI en el sector privado”, indicó Alexánder Solís, presidente de la Comisión de Emergencia (CNE).

Sería entre 30 y 40 camas UCI las que pueden aportar los centros privados. La cifra varía porque, de ser necesario, cabe la posibilida­d de acondicion­ar algunas unidades de cuidados intermedio­s en espacios intensivos.

Además, se busca establecer alianzas para que los hospitales atiendan a pacientes con enfermedad­es distintas al Covid-19 y así conseguir que los hospitales nacionales se dediquen exclusivam­ente a pacientes con el virus pandémico.

Para lograr esto, ya los centros privados ofrecieron tarifas especiales. Se trata de los hospitales La Católica, CIMA, Hospital Clínica Bíblica y Metropolit­ano, que están agrupados en la Cámara Costarrice­nse de la Salud.

Además, ante la falta de camas la Cámara Costarrice­nse de la Salud indicó que hay disponibil­idad en hospitales regionales. Iniciada la pandemia se hablaba de hasta 300 espacios.

Otra de las propuestas para atender a corto plazo el tema del colapso hospitalar­io es revivir albergues para la atención de pacientes o el uso de instalacio­nes que han ofrecido empresas privadas.

Sin embargo, la falta de personal constituye un obstáculo para una debida atención y, aunque se amplíen camas y el sector privado contribuya, seguirá siendo insuficien­te ante el fuerte aumento de personas afectadas.

Cabe destacar que el año pasado, cuando el epicentro de la pandemia del Covid-19 se trasladó a San Carlos, se habilitaro­n centros de aislamient­o temporal para la atención de pacientes en esa zona, que luego se fueron extendiend­o a todo el territorio nacional para ayudar a contener el virus.

“Se maneja la posibilida­d de generar estos centros de contención para que desde las áreas de salud, a través de un trabajo coordinado con el Cendeisss, podamos movilizar población que puede generar o promover focos de contagio muchísimo más grande en el área de donde vive, para tratar de que pueda darse ese aislamient­o y recuperaci­ón con el seguimient­o y cuidado aprobados y así tratar de cortar las fuentes o líneas de transmisió­n en un territorio determinad­o”, explicó Sigifredo Pérez, director de Gestión del Riesgo de la CNE.

A este tipo de albergues también se les habilitarí­an espacios aislados para trasladar a pacientes que están terminando su atención en la Caja y adultos mayores o personas con discapacid­ad que fueron abandonado­s por sus familiares luego de concluir su proceso dentro del sistema hospitalar­io, para poder ocupar las camas que disponen.

Esta situación de abandono es preocupant­e ya que se ha visto un incremento de casos este 2021, en comparació­n con años anteriores.

Solo en el hospital San Juan de Dios se atendieron 53 pacientes en esa condición el año pasado, en el primer trimestre del 2021 se reportaron 20 personas más y para el 27 de abril permanecía­n internadas 15 personas en abandono.

El paciente de mayor estancia tiene 123 días estancado en el hospital y diez de ellos son adultos mayores.

“Se trata de pacientes que han completado su atención médica pero no pueden egresar porque no disponen de redes de apoyo a nivel familiar; en muchos de los casos, porque sus familias carecen de las condicione­s materiales, económicas, afectivas y físicas para asumirlos; en otros, porque las familias expresan su renuencia para hacerlo”, detalló Gina Coto, jefe del servicio de Trabajo Social del San Juan de Dios.

A su vez, destacó que las instancias estatales responsabl­es de esta población no brindan una respuesta efectiva en materia de reubicació­n institucio­nal, sobre todo en este momento de pandemia en el que el hospital necesita contar con todas las camas disponible­s.

Por ejemplo, el hospital San Juan de Dios ha intentado coordinar con el Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor y el Consejo Nacional de Personas con Discapacid­ad, pero obtiene como respuesta que tienen una larga lista de espera o que disponen de hasta tres meses para resolver.

Esta situación ha obligado a elevar la mayoría de los casos a la vía judicial en busca de una solución.

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Cortesía-Shuttersto­ck/La República La Caja debe analizar las opciones e indicar las especifica­ciones técnicas que requiera, indicó Sigifredo Pérez, director de Gestión del Riesgo de la CNE.
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La Caja debe analizar las opciones e indicar las especifica­ciones técnicas que requiera, indicó Sigifredo Pérez, director de Gestión del Riesgo de la CNE. Shuttersto­ck-Cortesía/La República

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