Puro valor
Macheteada se recupera
a machetazos que sufrió doña Gerardina Mora Mena no afectó ni una pizca el espíritu de lucha que tiene.
Las heridas que le causó el salvaje que la atacó y que está en fuga casi provocan que le amputaran los dos brazos; sin embargo, los doctores del Hospital México se los salvaron.
El ataque ocurrió el jueves en la noche en Tacarorí de Alajuela después de que doña Gerardina, de 61 años, discutiera con un conocido que le debía una plata.
Ella sigue en el centro médico, pero el optimismo y la fe en Dios y en la Virgen de los Ángeles la tienen tranquila y bromeando.
–¿Cómo se siente a cuatro días del ataque?
Como una carajilla de quince tirando a dieciséis (dijo entre carcajadas). Estoy muy bien, hasta puedo mover las manos y todo.
El jueves en la noche, cuando llegué al hospital, me operaron. La cirugía duró varias horas porque la mano izquierda la tenía casi arrancada, quedó pegada solo de un pellejito y la derecha tenía tres dedos casi cortados y una gran herida en todo el brazo. –¿Ha estado con dolor? No, para nada, cuando me empieza a doler les digo a las enfermeras y ellas me inyectan yya. Ni siquiera cuando me dieron los machetazos sentí dolor.
–¿Qué recuerda del día del ataque?
Ese día (jueves en la noche) yo iba llegando a las maquinitas y me topé a Ariel, él estaba por el palo de mango que está frente al minisúper Tacacorí y yo le cobré una plata que me debía, se la cobré delante de la gente. Hasta les dije a unos muchachos: ‘Tómenle una foto para pegarla en el palo de mango porque no me quiere pagar lo que me debe’; eso como que no le gustó porque se levantó y se fue. –¿Y que pasó después? Me metí a jugar con las maquinitas tragamonedas y despuesito él llegó denuevo yme dijo: ¡Te vengo a matar! y yo le dije: ¡Ay, qué miedo!, sacó un cuchillo y entonces yo metí la mano izquierda para que no me diera en la cabeza y la cortó casi por completo.
En eso me dijo: ‘¿No te maté?’ y yo le dije: ‘no ¿por qué?’ y en eso me mandó otro machetazo, me dio en el otro brazo y casi me apeó tres dedos y una parte del brazo. Después me tiró otra vez, pero solo me dio un poco en la nariz y me golpeó la cabeza. –¿Sintió miedo de morir? No, siempre estuve tranquila, en ningún momento estuve pensando en la muerte. Nunca salí corriendo ni nada, solo esperé que me atendieran.
–¿Desde hace cuánto conoce usted a Ariel?
Desde hace como año y medio, me lo presentó un amigo que trabaja en la misma finca en la que Ariel trabajaba. Él siempre fue una excelente persona, amigable, servicial, pero ese día andaba con el diablo metido.
–¿En algún momento tuvieron una relación amorosa?
No, nunca, solo somos amigos. Él iba a comer a mi casa a veces y quería mucho a mis nietos. Conmigo fue muy especial, cuando yo es-
“No le deseo el mal a ese muchacho porque voy a salir bien, pero él nunca más va a tener paz”.
taba enferma me llevaba juguitos y estaba pendiente de mí. Me decía que me quería como a la mamá.
–¿Es la primera vez que le presta plata?
No, en otras ocasiones me había pedido plata, pero siempre me ha pagado, pero de un mes para acá cambió mucho. Se hizo de una mujer y hasta el número cambió para que yo no lo llamara a cobrarle. –¿Cuánta plata le prestó? Le presté ¢80 mil, él llegó hace como dos meses y me dijo que si le prestaba plata para mandársela a la mamá. Ariel es de Nicaragua. –¿Siente odio hacia él? No, para nada, no siento nada malo contra él, más bien le pido a Dios y a laVirgen María para que se arrepienta y si es la voluntad de Él que se entregue porque ya él nunca más va a volver a vivir libre, sino que tiene que andarse escondiendo por lo que me hizo.
–¿Siente que la Virgencita de los Ángeles la está ayudando a recuperarse?
Sí, estamos en los días de ella, además, dos de mis hijos fueron a hacer romería para que yo me sane. Mi hija dice que cuando yo salga del hospital, antes de llevarme a la casa, me va a llevar a la basílica para agradecerle a la Negrita.