COPA TRAJO DOLOR
A las 8 de la mañana del 15 de mayo anterior, doña Giselle Víquez González se extrañó al ver que no estaba la moto de su hijo Jaison, de 20 años.
Acababa de levantarse y preparó el desayuno con su hermana Yirley, tía del muchacho. Estaban en San Isidro, enMercedes Norte deHeredia.
Aquella mañana la provincia de las flores se despertó campeona. El Team se había coronado la noche anterior monarca nacional y alzó la estrella 25 ante la Liga.
A eso de las 9:30 a. m., la realidad la golpeó.
Es una historia que, a lo mejor, habría tenido un final diferente si tres policías hubieran llevado a Jaison a una delegación en vez de dejarlo tirado en una zona oscura de Hatillo 8.
¡Riiin, riiin! Contesta doña Giselle. –Aló. –Señora, le hablamos del hospital San Juan de Dios (y se corta la llamada).
A partir de ese momento la madre perdió la paz.
Jaison Mora Víquez había sido atropellado sobre la carretera de Circunvalación, 800 metros al oeste del cruce de los semáforos de Hatillo 8.
El accidente fue a eso de las 3:30 a. m., del 15 de mayo. El golpe fue tan violento que dejó al jovenen una silla de ruedas de por vida y sin movilidad del ombligo hacia abajo.
¡Riiin, riiin! Vuelve a contestar doña Giselle.
–Señora, le hablamos del hospital San Juan de Dios. ¿Usted es familiar de Jaison? –Sí, soy la mamá. –Él tuvo un accidente de tránsito. Tiene una hemorragia en una pierna, pero está consciente. ¿Puede venirse para acá?
Hasta esemomento, la señora desconocía que a Jaison se le habían fracturado tres vértebras que les dan movilidad a las piernas y que había sufrido un daño irreversible en la médula.
El camino al San Juan se le hizo corto a doña Giselle. “Sentí como si iba en avión o en helicóptero. Cuando lo vi lo primero que me dijo fue: ‘Mamita, yo no quiero quedar inválido, solo tengo veinte años’”, recordó la señora.
Festejo terminó mal. La noche del 14 de mayo Jaison salió de la casa en moto hacia donde unos amigos en Santa Lucía de Barva, en Heredia.
Lo invitaron a ver la final del fútbol nacional y se apuntó al vacilón aunque es saprissista.
Allí se tomóunostragos y lue- go se fue al centro de Heredia a ver la celebración del campeonato 25 del Team y dejó la moto en Santa Lucía de Barva. El muchacho se quedó un rato tomándose un par de cervezas y decidió ir después con tres amigos a San José, a un conocido bar electrónico que queda en el paseo Colón. “Entré a ese bar como a las 11:30 p. m. Me compré una birra y le compré otra a un amigo. Como a la media hora me comencé a sentir muy mal. Siento que en algún momento estuve drogado, pienso que me echaron algo en la cerveza”, explicó el joven. Recuerda que el bartender destapó la cerveza delante de él y que bebió de la botella. Reconoce que estabaen la barra, que en algún momento estuvo viendo muchachas y que no le pusomucho cuidado al envase. “Yo no era yo. Andaba en otro mundo. Empecé a sentir como miedo porque no encontraba la salida del bar. La seguridad me sacó”, comentó.
Una de las “desgracias” de Jaison fue que perdió contacto con los tres amigos con los que llegó al bar casi que desde que entraron.
Una vez afuera comenzó a correr alocadamente hacia el Museo de Arte Costarricense, en La Sabana.
Acepta que golpeó con el hom- bro a alguna gente e incluso a alguien le gritó: ¡quite!
Por ese comportamiento, alguien llamó a la Policía para que lo calmara o se lo llevara.
“Crucé (hacia la estatua de León Cortés) y no sé ni cómo no me atropellaron, seguro el semáforo estaba en rojo. En el Museo
me senté y descansé un poco, estaba muy agitado por lo que había corrido. Luego me levanté y seguí corriendo hacia la Nissan (al costado norte del parque La Sabana) ”, describió. Cayeron los oficiales. De acuerdo con lo que relata Jaison, los policías lo habrían abordado en los alrededores de la Nissan. “Tenía a la izquierda mía la patrulla, al frente mío un vidrio y veía para arriba un toque y había un rótulo, era como el de un local en La Sabana”, dice. En apariencia, dos hombres y una mujer lo pusieron boca abajo, lo registraron, le sacaron la billetera para confirmar la identidad y lo metieron a un cajón de la Fuerza Pública. “Me metieron la mano en la bolsa para sacarme la billetera, yo reaccioné porque pensé que me estaban asaltando. Cuando hice a levantarme me agarraron durísimo y me pusieron las esposas”, asegura.
Viaje en el cajón. A pesar de que Jaison andaba desorientado sostiene que lo arrestaron. “Sentía que el carro se movía, recuerdo que iba en el cajón. Un policía me tenía los pies encima”.
Asegura que los uniformados, en vez de llevarlo a una delegación, lo dejaron botado en Hatillo 8.
“De repente me bajaron ahí y no sabía ni siquiera dónde estaba. Me entró la loquera por quitarme la ropa no sé ni por qué. Creo que lo hice porque pensaba que me iba a bañar, imagínese qué loquera. Entonces, diay, me la quité y empecé a caminar”, comentó.
Así recorrió unos 700 metros hasta llegar a la carretera Circunvalación pero sin darse cuenta. Estaba completamente desorientado y sin consciencia de la realidad.
Caminó por media vía desnudo hasta que el chofer de un pick-up lo atropelló y ese accidente le cambió la vida.
“La noticia de que no iba a volver a caminar no me afectó de golpe, pero conforme pasan los días sí. Uno como que pierde el valor y la fuerza que tiene”, indica.
Encuanto a laPolicía, su visión le cambió completamente.
Nunca le aparecieron las tenis ni un teléfono celular. La ropa y la billetera sí. Esa noche, él andaba sin plata.
“Lo que marcó la diferencia fue cómo trabajaron los policías esa noche. En las manos de ellos estaba si yo amanecía en la delegación bueno, bueno o amanecía como amanecí”, dice.
Y así compartió la peor noche de su vida, que empezó con las ganas de ver una final de fútbol. .
Lo que digo que marcó la diferencia fue cómo trabajaron los policías esa noche”. JAISON MORA SOBREVIVIENTE