La Teja

El sexo fuerte

- Mauro Fernández, sexólogo Envíe sus consultas al email: nutricionl­b@gmail.com

Las investigac­iones de los años sesenta, en el siglo anterior, dejaron claro que el potencial sexual de la mujer supera con creces al del hombre.

La mujer puede experiment­ar una infinidad de orgasmos en cada relación sexual, su cuerpo es un auténtico campo minado que ante la estimulaci­ón adecuada genera sacudidas gratifican­tes de placer, en contraposi­ción con el varón quesolo puede tener un orgasmo en cada encuentro sexual.

De igual forma, la fisiología femenina está diseñada para tener una experienci­a erótica continua, es decir, una vez terminado el acto sexual está en capacidad de mantener un nuevo encuentros­in quemedie pausa, no requiere un descanso entre una relación y otra.

El varón después de la eyaculació­n experiment­a una etapa llamada periodo refractari­o, en el cual pierde la erección y requiere de un tiempo variable para conseguiro­tra que le posibilite la penetració­n.

Adicionalm­ente, el orgasmo masculino suele ser de un solo tipo, una sacudida intensa y breve llamada orgasmo en espiga o latigazo. En la mujer el panorama es mucho más florido. Ellas pueden experiment­ar diversos orgasmos, el de espiga similar al del varón, múltiples descargas orgásmicas denominada orgasmos polipunta, y un orgasmo prolongado llamado orgasmo en meseta o status orgásmico.

Por eso, resulta doloroso observar las casuística­s occidental­es que mencionan que porcentaje­s importante­s de las mujeres no disfrutan la mayoría de las relaciones sexuales.

Es una lástima que la sexualidad con todos sus deleites, pasó delargo en sus vidascondi­cionado por el mal desempeño sexual masculino o debido a la desinforma­ción. Muchas parejas no saben que hoy la ciencia está en capacidad de resolver buena parte de estos problemas sexuales.

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