El sexo fuerte
Las investigaciones de los años sesenta, en el siglo anterior, dejaron claro que el potencial sexual de la mujer supera con creces al del hombre.
La mujer puede experimentar una infinidad de orgasmos en cada relación sexual, su cuerpo es un auténtico campo minado que ante la estimulación adecuada genera sacudidas gratificantes de placer, en contraposición con el varón quesolo puede tener un orgasmo en cada encuentro sexual.
De igual forma, la fisiología femenina está diseñada para tener una experiencia erótica continua, es decir, una vez terminado el acto sexual está en capacidad de mantener un nuevo encuentrosin quemedie pausa, no requiere un descanso entre una relación y otra.
El varón después de la eyaculación experimenta una etapa llamada periodo refractario, en el cual pierde la erección y requiere de un tiempo variable para conseguirotra que le posibilite la penetración.
Adicionalmente, el orgasmo masculino suele ser de un solo tipo, una sacudida intensa y breve llamada orgasmo en espiga o latigazo. En la mujer el panorama es mucho más florido. Ellas pueden experimentar diversos orgasmos, el de espiga similar al del varón, múltiples descargas orgásmicas denominada orgasmos polipunta, y un orgasmo prolongado llamado orgasmo en meseta o status orgásmico.
Por eso, resulta doloroso observar las casuísticas occidentales que mencionan que porcentajes importantes de las mujeres no disfrutan la mayoría de las relaciones sexuales.
Es una lástima que la sexualidad con todos sus deleites, pasó delargo en sus vidascondicionado por el mal desempeño sexual masculino o debido a la desinformación. Muchas parejas no saben que hoy la ciencia está en capacidad de resolver buena parte de estos problemas sexuales.