PESADILLA DELSAPRI
PORTERO CARMELO QUE SE LUCIÓ CONTRA EL MONSTRUO DEBUTÓ EN PRIMERA HACE SEMANA Y MEDIA
El portero Brayan Rodríguez le adelantó el Halloween al Monstruo y el sábado fue la pesadilla de los morados en la victoria de Carmelita 4-3.
El alajuelense cumplió 20 años el viernes y festejó de la mejor manera en la mejenga.
“Desde niño me gustó el fútbol. Empecé a los diez años en el Proyecto Morera Soto, en el polideportivo Monserrat y como a los doce pasé a la Academia Wílmer López y ahí estuve hasta los diecisiete, cuando llegué al alto rendimiento de El Carmen y de ahí a Primera”, contó Brayan.
Al jugador, de 1,74 metros de altura, todo parece haberle llegado muy rápido. De hecho debutó en la máxima categoría el 18 de setiembre recién pasado en el empate a dos contra la UCR.
“Luego de un juego con el alto (rendimiento) ante Belén, si no meequivoco, el profe (Vinicio Alvarado) me dijo que cómo me sentía, que ante la UCR iba a jugar y listo”, agregó este bachiller de cole y estudiante de inglés.
Repitió titularidad dos días después, cuando Cartaginés les ganó 1-0 en el Morera, y luego vino el partidazo contra la “S”.
Inicios duros. Brayan ha vivido siempre en Los Jardines, cerca de Montecillos de Alajuela.
Es hijo de Marta Torres, ama de casa, y comparte su vida con ella y con su padrastro, Juan Martínez. Tiene dos hermanos: Judelkis, de 26 años, y Neyser, de 11.
Por razones económicas no ha podido entrar a la U y recuerda las penurias vividas cuando empezó en el fútbol.
“Muchas veces no tuve un par de guantes para un torneo. Otras veces los compañeros estrenaban y uno con los mismos. Siempre me ha tocado difícil, no porque mi mamá no quisiera comprarme algo, sino porque no podía”, añadió Rodríguez, quien ahora puede darse algunos gustos con lo que le paga Carmelita.
Brayan nos contó cómo vivió la mejenga del sábado, cuando se convirtió en una muralla y logró que Saprissa quedara hincado en la Catedral.
“Lo único que pensaba era que tenía que estar muy concentrado todo el juego, que iba a ser un partido exigente, me concentré y estuve atento a cualquier jugada”, dice.
Después del partido solo vio resúmenes en tele y por eso le pregun- tamos cuál fue el paradón quemás le gustó.
“La que recuerdo, y que no me explico ni creía, fue en el segundo tiempo, cuando (Rolando) Blackburn tenía la bola dominada en el área. Le quedó picando servida, le dio fuerte y solo recuerdo que saqué la bola con las manos y la mandé afuera”, detalló.
Si de haber evitado algún gol morado se trata considera que pudo haber hecho más en el tercero anotado de zurda por Roy Miller.
Cambio de puesto. La portería le llegó a Brayan de casualidad porque empezó jugando como volante.
Todo dio un giro enorme el día en que el arquero del equipo no llegó a un partido en Grecia.
Brayan asumió la posición, ganaron 3-0 y el resto es historia.
Un dicho del fútbol afirma que todos los porteros tienen algo de locos y el joven lo cree.
“Es necesario serlo un poco para no tener miedo, salir a todas las bolas y meter la cara si es necesario”, comentó quien dice ser admirador de Keylor Navas.
Brayan recordó co La Teja uno de los momentos más duros que ha tenido en su vida. Fue en julio del 2015, cuando sufrió un accidente de tránsito.
“Iba con unos amigos para Santa Cruz (Guanacaste). Íbamos por Miramar, en una recta muy larga el compañero que iba manejando rayó y cuando lo volvió a hacer se quebró la rótula del carro, perdió el control, nos fuimos contra una cuneta. Solo a mí me pasó algo, estuve internado una semana por una rotura del bazo y cuatro meses sin hacer actividad física”.
La dura experiencia, que quedó atrás, le fortaleció el espíritu para volar por un gran sueño.
Debo mejorar la confianza en mí y también a la hora de salir por una bola aérea”. A mi familia le pido que no vayan al estadio, gritan mucho y mi mamá es nerviosa”.