LA TRAMPRA DEL MODELAJE
Saki Kozai tenía 24 años cuando un supuesto reclutador de modelos la paró en una calle de Tokio, prometiéndole posar en anuncios publicitarios. Ella era guapa ysoñaba contriunfar, pero cayó en las garras de la pornografía forzada, como muchas mujeres.
Firmó un contrato sin saber que caía en una trampa. El primer día se dio cuenta de que su trabajo consistiría en hacer “cositas” bajo los focos de las cámaras.
“No era capaz de quitarme la ropa. No paraba de llorar. Había unas20personas ami alrededor. Ninguna mujer, rodeada como estaba yo, habría podido decir que no”, contó la japonesa.
Ahora tiene 30 años y forma partedelas mujeres que salen a la luz para clamar que actuaron obligadas.
La industria porno japonesa genera miles de millones de dólares, según el sector, y produce unas 30.000 películas al año.
Los testimonios de mujeres que fueron forzadas condujeron al sector a disculparse y a prometer cambios.
Un mea culpa entonado tras la detención en junio de tres reclutadores acusados de haber obligado a una mujer a aparecer en más de 100 videos pornográficos. A ella le pasó lo mismo que a Saki Kozai, creía que sería modelo.
Otra víctima declaró que el agente le prometió que la ayudaría a ser “cantante” .
“La agencia tardó meses en convencerme porque en el contrato firmado no se especificaba claramente el tipo de trabajo. Cuando llegó el día, dije que no podía hacerlo. Y cuando al final lo hice, me dolía mucho, pero el equipo de producción no quería parar”, cuenta la joven de 26 años.
La asociación japonesa Lighthouse, que lucha contra el tráfico de seres humanos, afirma haber sido contactada en los primeros meses de este año por 60 actrices que intentan huir del sector, muchas más que el año anterior.
“Muchas se sienten culpables, convencidas de que lo que pasó es culpa suya. No todas son víctimas de abusos ni encerradas, sino que más bien les tienden una trampa”, afirma su portavoz Aiki Segawa.