La Teja

Batalla campal en Islita

CUATRO VECINOS Y UN MALEANTE RESULTARON HERIDOS EN ENFRENTAMI­ENTO

- Una pesadilla Dramático. Indignados.

vivieron las familias de Islita, en Puntarenas, la mañana de ayer cuando se enfrentaro­n con varios asaltantes que volaron bala e hirieron a cuatro vecinos.

La paz se acabó a las 4:40 a. m., cuando siete pistoleros llegaron a robarse los motores de las lanchas y algunos objetos de valor de los lugareños.

Como andaban con pasamontañ­as, los delincuent­es gritaron: “Policía... Policía”.

Algunos pulseadore­s que salen a pescar tempranito se dieron cuenta de la presencia de los ladrones, por lo que le avisaron a la comunidad.

En esa zona viven 80 personas. A una niña la agarraron como rehén, pero los maleantes la soltaron poco después.

Los vecinos les sacaron pecho a los “artistas” con palos y cuchillos. Los criminales no se quedaron queditos y respondier­on con plomo contra ellos y las casas.

Cuatro inocentes recibieron disparos, entre ellos, una quinceañer­a, que presentó una herida en la pierna izquierda, y el papá, Óscar Pérez Díaz, de 48 años, quien recibió un balazo en el muslo de la pierna izquierda y otro en la cadera.

Un balazo se le alojó al vecino Pedro Rivas, de 37 años, en el muslo de la pierna derecha y otra mujer, cuya identidad no se dio a conocer, también resultó afectada.

Hubo una quinta persona baleada, que en apariencia es uno de los hampones.

“Medirigía a mi lancha cuando me topé con unos sujetos y me encañonaro­n. Me quedé quedito y ellos me dijeron que fuéramos a mi casa, tenía temor por mi familia. Una vez en mi casa robaron algunas pertenenci­as y luego unos vecinos ayudaron, pero se vino el intercambi­o de disparos y resulté herido junto a mi hija. Ellos (los asal- tantes) andaban chalecos y pasamontañ­as”, relató Óscar.

Guardacost­as y policías llegaron a Islita donde capturaron­a dos de los sospechoso­s, uno de ellos el que estaba herido.

A los cinco baleados los llevaron al hospital Monseñor Sanabria de Puntarenas.

Los matones escaparon en una lancha de una de las vecinas.

Desde el profesor hasta el vecino más pequeño de Islita están asustados.

Unas cinco casas quedaron marcadas con las huellas de los plomos.

Doña Flor María Quesada; su esposo, Mario Peralta, y su hijo de 8 años salieron corriendo para el manglar que está detrás de la casa. La pareja pasó primero por sus nietos de cinco y tres añitos.

“Todo fue terrible al escuchar los balazos por todo lado, mi esposo y yo buscamos la seguridad de los chiquitos”, comentó doña Flor.

El profesor de la escuelita Óscar Castro no podía creer lo que vivieron.

“Yo vivo aquí en la isla y todo fue un momento de mucha tensión al escuchar gritos de mujeres y niños y luego los balazos“, expresó Castro.

El vecino William Pérez estaba indignado. Comentó que no cuentan con seguridad, por lo que deben cuidarse entre ellos; su hermano y sobrina resultaron heridos.

Los motores de las lanchas valen entre un millón y cuatro millones de colones, por eso son tan buscados por los bichazos.

El caso quedó en investigac­ión y los afectados aseguran que van a tomar medidas de seguridad.

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A. GARITA El OIJ decomisó pistas y varios casquillos.
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ANDRÉS GARITA Doña Flor y su esposo se escondiero­n en el manglar junto a su hijo y los nietos.
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GARITA A. Los guardacost­as recorriero­n la zona para dar con los sospechoso­s.

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