Chepito, el tráiler y el México

La Teja de este viernes nos ofreció dos historias para meditar. Ambas estaban a la par.

En la página dos se denunció la larga y angustiante lucha de una familia ramonense por salvar a su papá, quien necesitaba un trasplante de riñón.

Ya pesar de que el hijo se ofreció como donante los exámenes nunca se hicieron a tiempo, la espera por la ansiada operación se alargó tanto que don Marco Hernández Aguilera falleció a los 59 años.

La otra historia, la sucesera en la página 3, reportó la impactante caída de un tráiler que iba directo hacia una casa al que darse sin frenos.

Solo el enorme aparato se destrozó, gracias a Dios. El chofer se tiró a tiempo, antes que el camión agarrara al barranco.

Nadie resultó herido, donde casi ocurre una tragedia. Cuesta imaginar la angustia de la familia ramonense al ver que en el hospital México, por largos meses, no iban al ritmo que deseaba para salvar al papá.

También es difícil pensar en los segundos, quese le hicieron eternos, al chofer al ver que el tráiler iba desbocado y que podía causar destrozos y muertes.

Estas son las extrañas jugadas de la vida. En una lo que era evitable no se hizo como Dios manda, allá los funcionarios del México y su conciencia,

En la otra la mano divina evitó lo peor, pero no siempre es así. Prefiero la vieja enseñanza a Dios rogando y con el mazo dando.