Familia se botó bonito
LOS VALVERDE REPARTIERON COMIDA Y BENDICIONES
a la celebración para que le curara unos ataques epilépticos que sufría. “Después de que mi papá me trajo, no me volvieron a dar los ataques, por eso nunca falto como agradecimiento”, añadió.
Doña Caro además nos contó que su papá tiene 76 años de seguir al Negrito y aunque está un poco delicadito de salud, tampoco le quedó mal al Santo Cristo este año.
“Como mi papá anda malito, no lo pudimos traer hoy (ayer) porque vienemuchagente, por eso lo trajimos un día de estos a él solito para que no faltara”.
Doña Caro fue acompañada por su esposo a la gran actividad que se inició a las 9 a. m. con una solemne misa. Luego siguió la procesión durante unos 45 minutos en los alrededores del parque.
más lindas que tiene la procesión del Santo Cristo de Esquipulas es lade los almuerzos en familia.
Por eso 17 integrantes de los Valverde Corella, que son de Aserrí, se pusieron de acuerdo, alistaron almuerzo entre todos y se fueron a pasar el día de lo lindo al parque de Alajuelita.
Allí agarraron buen campo, tiraron varias sábanas al suelo y de ahí nadie los movió.
Después de que pasó la solemne procesión, las cuatro hermanas sacaron ollas, tarros y cuanto chunche tenían lleno de jamita para comenzar a repartir.
El menú era bastante variado, pero sobre todo sabroso. Había arroz con pollo, salchichón, ensalada de caracolitos, frijoles molidos, torta de huevo, tortillas y por su puesto que no podía faltar el huevo duro. Apuesto que al ir por estas líneas ya tiene la boca hecha agua.
“Tenemos varios años de estar viniendo, gracias a que una de nuestras hermanas vive aquí en Alajuelita, entonces eso nos facilita mucho las cosas”, contó doña Alice Valverde quien reveló que todas las ricuras los prepararon entre todas las hermanas y hasta postre llevaron.
“Tenemos quequito de cumpleaños, porque el 21 de enero cumple años una de nuestras hermanas, así que de una vez aprovechamos para celebrar”, agregó.
Una de las cosas más bonitas que tiene esta familia es que son bastante solidarios, ya que no podían ver que pasara alguien cerca o a saludar porque lo hacían sentado y lo invitaban.
“Dios da para todos”, decía doña Alice.
Pero la cosa no terminaba ahí, porque si la persona ya estaba llena o no quería comer, casi que lo obligaban a que se llevara el gallito para la casa, bien envuelto en un montón de bendiciones.
“Llévese una torta de huevo para que tome café”, decían.
Uno de los motivos por los que esta familia no falla a esta gran fiesta religiosa es por agradecimiento por todas las bendiciones que reciben.
Por ejemplo, el agradecimiento de este año fue por el título de bachillerato de Josúe Navarro, uno de los sobrinazos.
“El año pasado vinimos a pedirle al Negrito por el título de mi hijo y gracias a Dios se lo pudimos traer este año con excelentes notas. Ahora le estamos pidiendo que sea la misma historia en la universidad”, dijo muy orgullosa, y llena de fe, doña Seidy Valverde.