A la silla caliente por crimen de niña
Álvarez Abarca, de 39 años, fue asesinado frente a su familia la madrugada de este domingo en Pococí.
La muerte ocurrió a las 4:09 a. m. en el barrio San Martín, en Jiménez.
Según informó el OIJ, la víctima estaba en el sillón de su casa. La policía detalló que al parecer estaba tomando cuando salió por unos minutos y volvió a entrar.
Ese momento fue aprovechado por un hombre que se metió y sin importarle que estaban los familiares le pegó un balazo en la cabeza. Otros cómplices lo esperaban afuera.
Bryan Méndez, cruzrojista de Guápiles, comentó que fueronalertados para ir aatender un herido de bala y al llegar a la casa la víctima tenía un disparo en la frente que le causó la muerte.
Los agentes del OIJ se dedicaron la mañana de este domingo a levantar evidencias en la vivienda.
Hasta el momento las causas del homicidio no están del todo claras.
La zona donde ocurrió el crimen es constantemente visitada por la Policía para realizar allanamientos por venta de drogas, asaltos y sicariato.
pidió al Pani la custodia de dos hermanitos pequeños, pero para la niña esa decisión se habría convertido en su sentencia de muerte.
La mujer, de apellido Calderón y de 50 años, enfrentará la mañana de este lunes al Tribunal Penal de Desamparados por el delito de homicidio en perjuicio de menor de edad.
Dieciocho personas llegarán a dar su versión sobre lo ocurrido el 19 de abril del 2014, en una vivienda en barrio Nazareth, en Jericó de Desamparados.
Un año antes Calderón había recibido a la pequeña de cuatro años y al hermanito, un recién nacido. Ella tenía la custodia de ambos.
Al parecer, entrenoviembre del 2013 y abril del 2014, la mujer le da- ba tundas a la pequeña y también la agredía psicológicamente. Según la denuncia la menor siempre andaba con moretones.
Un día antes de la muerte de la chiquita, según determinaron las autoridades en la autopsia, Calderón le habría dado una severa golpiza, la sacudió y la golpeó contra un objeto, por lo que le provocó un serio golpe en la cabeza. Al día siguiente la pequeña murió en horas de la madrugada en la casa.
Cuando pidieron ayuda a la Cruz Roja solo indicaron que la menor tenía dolor de pecho y al parecer estaba sufriendo un paro.
Los dictámenes forenses determinaron que, aparte de los golpes, y ser víctima del Síndrome del Niño Agredido, el cuerpito tenía quemaduras de segundo y tercer grado, además sufría desnutrición.
Calderón cayó en manos del OIJ casi 10 meses después del crimen.