Lo echan por no votar
MADURO HIZO COBRADO A TRABAJADOR DE FÁBRICA DE CEMENTO
Hernández sabía que sería despedido.
Todos los que trabajaban con él en una cementera estatal recibieron la indicación de votar el mes pasado en la elección de los integrantes de una nueva asamblea constituyente que concederá una autoridad casi ilimitada al presidente Nicolás Maduro.
Todos los candidatos eran partidarios del gobierno. Votar equivalía a mostrar apoyo al presidente Nicolás Maduro y sus aliados.
Hernández, resentido con lo que consideraba un proceso amañado, desacató la orden de sus supervisores y no votó. El miércoles pasado, no lo dejaron entrar a la empresa y le informaron que estaba despedido.
Ahora se ha convertido en una voz pública que censura una situa- ción que fue generalizada: los venezolanos fueron amenazados con perder sus prestaciones sociales o empleos en empresas estatales si no participaban en la elección.
Para Hernández, su despido no fue una sorpresa.
“Los que no fuimos a votar fuimos amenazadas explícitamente... Si no votamos el día 30 de julio íbamos a ser despedidos” , dijo.
Hernández trabajaba como gerente de producción en la cementera en la ciudad de Guatire, cercana a Caracas, desde hace cinco años.
Debido a la inflación, es decir al costo de la vida, el valor de su salario mensual se había reducido a sólo el equivalente de $25 (unos ¢13 mil) al tipo de cambio del mercado negro.
Así que comenzó a trabajar de manera independiente y en forma paralela para compañías internacionales. Este ingreso adicional le permitió tomar una decisión que muchos no pudieron hacer.
“Mira, ¿ustedes qué van a hacer? ¿Van a votar? Eso, se crea o no, era el tema de conversación en muchos círculos, en muchas familias”, afirmó. “¿Qué hacemos? ¿Respondemos a la necesidad del salario y el empleo o apostamos por nuestra decisión política?” .
El gobierno asegura que más de 8 millones de personas votaron en la elección de la asamblea constituyente, aunque según la oposición y expertos independientes, la cifra fue de menos de la mitad de la anunciada, y hubo coacción y fraude generalizados.
El gobierno es el principal empleador en Venezuela, con casi tres millones de personas en puestos públicos.
No es la primera vez que Maduro o su predecesor, Hugo Chávez, usan los trabajos y las prestaciones estatales para exigir el apoyo de los venezolanos.