Un kilómetro deconsuelo
LAS RAMBLAS REGRESAN A LA NORMALIDAD
las Ramblas de Barcelona se llenaron de flores y de aplausos: lo que el jueves era duelo era este sábado un kilómetro lleno de gente, a laquese sumó el reyFelipe con un homenaje.
En medio de un concierto de bocinas y de globos, varios taxistas desfilaron por el bulevar a la caída de la tarde, con un lazo negro en su antena y el eslogan “no tenemos miedo” luciendo en las ventanas.
El paquistaní Hussein Nassam, de 44 años, depositó con otros compañeros una corona de flores en nombre de los “taxis musulmanes” en la entrada de la famosa vía barcelonesa.
A lo largo de los 500 metros recorridos por la furgoneta que el juevesmató a 13 personas, no dejaron de aparecer “altares” improvisados en memoria de las víctimas.
En algunos pueden leerse las palabras “Juntos, diferentes, paz”, en medio de velas, peluches y textos manuscritos. “Las Ramblas lloran, pero están vivas”, resume un letrero. La gente vuelve a comer helados y paella a todas horas, y en los locales se bebe de todo. El bar Boada anuncia sobre la barra su “cóctel del día: Hope and Love” (esperanza y amor, en inglés). Casi todos los comercios han reabierto, y algunos apenas cerraron. El Café de la Ópera (fundado en 1928) permaneció cerrado apenas tres horas el día del ataque, y porque la policía les obligó, cuenta Andreu Ros, de 46 años, hijo de la dueña. “Esperamos que la ciudad siga igual de acogedora” que siempre, dice Andreu entre las paredes que vieron pasar a escritores como el barcelonés Manuel Vázquez Montalbán (1939-2003), el colombiano Gabriel García Márquez (1927-2014) o el británico George Orwell (1903-1950), que luchó del lado republicano durante la Guerra Civil española de 1936-1939 y se alojó en las mismas Ramblas.
Las Ramblas de la capital catalana tienen un alto valor simbólico. Allí se produjo la primera manifestación de homosexuales en España hace 40 años.
En ellas está también la fuente de Canaletas, donde los jugadores y aficionados del Barça celebran sus triunfos, y que ahora se ha transformado en un “altar” dedicado a la memoria de las víctimas del atentado.
En la entrada del mercado de la Boquería, de un lado de las Ramblas, se encuentra Félix Ribas, de 60 años, entre los jamones y chorizos que vende desde que tenía 17 años. “Trabajamos bien, como si no hubiera pasado nada”, aunque “sí que estamos incómodos por lo que vimos...”. El jueves, “tres turistas se refugiaron dentro de mi local, debajo, escondidos. Un italiano de 28 años lloraba porque no sabía dónde estaban su mujer y sus niños”, recuerda.
A pesar de la aparente normalidad, laPolicía hizo este sábado por la tarde un “gran operativo policial” en Cataluña, donde todavía buscan a uno de los presuntos miembros del grupo que cometió los atentados de Barcelona y Cambrils. “Gran operativo policial en todo el territorio”, anunció en Twitter la policía regional.