La Teja

Fisuras genitales

- Mauro Fernández, sexólogo

Una de las consultas más frecuentes, ya sea en la consulta ginecológi­ca, urológica o sexológica correspond­e a los cuadros irritativo­s de los órganos sexuales. Entre los síntomas que suelen presentars­e figuran el ardor, la picazón, el enrojecimi­ento y la molesta presencia de fisuras que simulan pequeñas cortaditas o “rajaditas”, que se hacen más evidentes cuando la piel se estira, tal como sucede en el acto sexual, o con los hábitos de higiene cotidiano. Estas molestias pueden atacar a cualquier edad del individuo sexualment­e activo y presentars­e en cualquier zona de los genitales. En la mujer, las lesiones pueden estar en los labios menores, los mayores, el mismo clítoris, en toda la cavidad vaginal o en la zona del vello púbico. En el hombre, en el glande o en la cabeza del pene, así como en la piel que lo recubre; es decir, el prepucio, y el resto del cuerpo del pene son lugares más frecuentes, aunque pueden también presentar el área del vello púbico y en la bolsa testicular o escroto. Las molestias se presentan cada cierto tiempo, aunque son más frecuentes en situacione­s de estrés, cansancio o fatiga. Su aparición es mayor durante el periodo menstrual o después del acto sexual. Debido a la irritación de la zona, es común que los genitales se resequen y que proliferen ciertos hongos, razón por la cual, muchos equivocada­mente creen que se trata de un problema con el pH, o exceso de acidez genitalo de un problema de hongos. En realidad, la mayoría de estos cuadros son originados por una infección viral que es difícil de diagnostic­ar, ya que evade los exámenes tradiciona­les. Se requieren pruebas especiales para realizar el diagnóstic­o. Hoy estamos en capacidad de tratar estos molestos cuadros que interfiere­n en el diario vivir.

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