Deudas que matan
relacionadas con las tarjetas de crédito pueden poner al borde de la desesperación a quienes creen que no pueden manejar la situación que se les viene encima.
En los casos más graves, y extremos, los deudores podrían llegar a tener ideas suicidas porque se creen incapaces de hacer frente a deudas muy altas que van aumentando por los intereses.
De acuerdo con Domingo Abarca, presidente de la Asociación de Suicidólogos de Costa Rica, esta problemática es cada vez máscomún, principalmente porque muchos usuarios de tarjetas no saben manejar la presión de tener una pedazo de plástico con dinero y hacen un muy mal uso de una herramienta que, en teoría, iba ayudar a vivir máscómodamente.
Abarca afirma que 5 de cada 10 deudores desesperados han pensado en quitarse la vida (no quiere decir que lo hagan) cuando la cuenta los tiene hasta el cuello.
Pero a pesar del panorama pesimista que las personas con deudas muy altas podrían enfrentar, es necesario saber que existen soluciones. Por ejemplo, es posible llegar a un arreglo de pago, se puede hacer gestiones para tratar de congelar la deuda o, bien, negociar el monto con alguna institución financiera que tenga una tasa de interés menor a la que se está pagando.
De acuerdo con el economista Josué Alvarado siempre que se pasa por la tentación de adquirir una tarjeta de crédito en lo prime- ro (y más importante) en lo que se debe pensar es si se necesita o no.
“La gente cuando tiene un servicio de estos solo piensa en gastar y gastar, a veces en cosas que ni ocupa. Ahí ya estamos haciendo un muy mal uso de la tarjeta de crédito”, comentó Alvarado.
El economista agregó que el error en el que se cae con más frecuencia es olvidar hacer los pagos el día indicado, pues con un solo 24 horas de atraso el deudor podría pagar hasta ¢20 mil.
“Cuando uno tiene una tarjeta, la debe ver como un plan b que le puede ayudar en una emergencia. Lo que pasa es que la cultura del costarricense es la de botar plata siempre y cuando les toca pagar es cuando se arrepienten”, aseveró.
Para evitar situaciones de riesgos innecesarios. quien ha salido de una deuda sofocante podría buscar la manera de "reeducarse" en cuanto a la manera de administrar la plata de forma eficiente.
La Teja conversó con un joven de 24 años, quien prefirió no ser identificado pues aún tiene una deuda con un banco.
Su situación le llegó a parecer tan extrema quetuvo malospensamientos, pero su realidad mejoró y pudo enfrentar la deuda y empezar a pagarla.
Dice que lo primero que hizo fue tratar de llegar a un acuerdo con el banco, pues al momento en que lo hicieron cobrado no tenía trabajo. Pero conforme pasaron los meses y seguía desempleado, como él mismo lo dice, el cielo se le empezó a nublar.
“La desesperación es grande, uno piensa que no hay solución, lo que a mí me ayudó fue contar con el apoyo de mi familia”, explica.
“Las cosas tienen solución, al final es solo plata lo que uno debe. Uno tiene que pensar en que esto que pasó no es nada comparado con problemas graves que tiene otra gente”, dijo el joven.
En marzo de este año encontró trabajo y ahora está abonando quincenalmente una suma importante para matar la deuda de casi ¢2 millones.
Las deudas que se ven como impagables llevan a muchas personas a depresiones severas, que pueden ser manejadas con la ayuda de profesionales. El pesimismo impide ver con claridad.
La psicóloga Eva León explicó que las depresiones por deudas económicas son cada vez más comunes.
Destacó que quienes padecen estos efectos por lo general no buscan ayuda, por eso es de suma importancia que quienes estén en el círculo de confianza de los deudores que se sienten asfixiados puedan identificar comportamientos (como la tristeza o la falta de apetito) indicadores de una depresión.
Según la experta, las terapias para sobrellevar la depresión pueden durar de 3 a 10 meses, todo depende de la disposición que tenga la persona afectada.