FAMILIARES Y AMIGOS DE ENFERMERA ASESINADA LE DIERON EL ÚLTIMO ADIÓS AYUDAR FUE SUPASIÓN
sentía por la enfermería y por ayudar a otras personas hizo que Kattia Vargas Azofeifa, de 44 años, abandonara su natal Orotina para irse a Ciudad Quesada, donde formó su familia y donde, lamentablemente, también perdió la vida, en apariencia, amanos de su esposo.
Hace más de 20 años Vargas tuvo que tomar una de las decisiones más difíciles: dejar su querido barrio en San Rafael de Orotina, donde pasó su infancia y adolescencia junto a sus papás, quienes aún viven en ese lugar.
Maricel Guevara, prima de Kattia, contó que Vargas sentía una gran pasión por lo que había estudiado y apenas se le presentó la oportunidad de empezar a trabajar decidió aprovecharla, aunque esto significó estar a kilómetros de todos sus seres queridos.
“Ella estudió enfermería y ahí fue donde le dieron trabajo (Hospital de San Carlos), ella aprovechó esa oportunidad y ahí estuvo toda su vida”, dijo.
El Hospital de San Carlos se convirtió en el segundo hogar de Kattia, donde cosechó gran cantidad de amigos, quienes destacaron su humildad y la alegría que transmitía.
“Era una persona muy sencilla y humilde, que se ganaba el corazón de las personas con su forma de ser, simplemente basta con que escuche a sus compañeros de trabajo para que le digan la calidad de persona que era, siempre tenía una palabra para quien la necesitara”, relató su prima.
En ese mismo centro médico es donde Vargas conoció a su marido, un hombre de apellido Corella, con quien tuvo tres hijos (dos niñas de 8 men. y 10 años, y un niño de 6). Toda la familia vivía en una casa en Cedral de Ciudad Quesada, que terminó por convertirse en la escena del cri-
Maricel explicó que ella y su familia aún no logran creer que un hecho tan terrible sea verdad, pues pareciera que se trata de una horrible pesadi- lla, pero de a poco han caído en cuenta que ya no podrán volver a ver a Kattia con esa sonrisa que tanto la caracterizaba.
Guevara dijo que la ausencia de su prima ha golpeado mucho a todos, especialmente a sus tíos, quienes ahora deberán velar por el cuidado de sus tres pequeños nietos, que ya se encuentran con ellos en Orotina.
“Ellos (papás de Kattia) están muy afectados y consternados, lo duro viene ahora, porque hay que hacer que los niños entiendan que su mamá ya no va a estar y a nosotros nos va a tocar aceptar su ausencia”, añadió.
Aunque tenían tiempo de no verse por motivos de distancia, Maricel dijo que ella y Kattia siempre pasaban en contacto, aunque fuera por medio de un mensaje de Facebook, pero siempre intentaban estar al tanto una de la otra.
Entre aplausos, este martes el personal médico del Hospital de San Carlos le dio la despedida a su querida compañera, quien recibió un sentido homenaje en el mismo centro médico en donde se dedicó a ayudar a toda aquella persona que así lo necesitara.
Compañeros y amigos de Kattia hicieron una caravana desde el hospital hasta la casa de los papás de la enfermera, en San Rafael de Orotina, donde fue velada por su familia y seres queridos a lo largo de la noche.
Este miércoles se llevaron a cabo las honras fúnebres de Vargas, las cuales tuvieron lugarenla iglesia Católica de Orotina.
El templo estuvo abarrotado por decenas de personas que querían darle el último adiós a Kattia.
En cuanto al esposo de la enfermera, sospechoso de asesinarla a golpes, él se encuentra descontando tres meses de prisión preventiva mientras es investigado por el crimen, que presuntamente habría cometido porque Vargas quería divorciarse.