La Teja

LESIÓN SALVÓ A JUGADOR DE MANCHESTER UNITED TRAGEDIA SIGUE VIVA

- Manchester, Reino Unido No pasa

un día sin que Wilf McGuinness no piense en los compañeros de equipo que perdió en el accidente aéreo en Múnich, que acabó con el magnífico equipo del Manchester United, hace 60 años.

En el desastre del 6 de febrero de 1958 falleciero­n ocho jugadores del equipo, entrenado por Matt Busby, conocido como los “Busby Babes”, y que había ganado dos ligas seguidas y se había empeñado en traerse abajo el reinado del Real Madrid en Europa.

El club se sobrepuso como pudo y acabó convirtién­dose en el primer equipo inglés en ganar la Copa de Europa, en 1968 (el primer británico fue el Celtic de Glasgow escocés), en 1967.

La tragedia sigue en la mente de los aficionado­s y el mundo del fútbol.

Un reloj en Old Trafford, parado a las 3:04 p. m., la hora de la accidente, recuerda el drama.

McGuinness, que tiene ahora 80 años, se libró de viajar en el avión porque estaba lesionado.

El equipo volvía a casa desde Belgrado tras disputar las semifinale­s de la Copa de Europa e hizo una escala en la ciudad alemana.

Cuando trató de despegar, en un invierno terrible, se estrelló. Veintitrés personas murieron.

“Piensas en los que se fueron, no piensas en que tú escapaste o no viajabas”, dijo McGuinness, que estaba en un hospital, recuperánd­ose de una operación en la rodilla, cuando se enteró de lo ocurrido.

“Pienso en lo buenos que eran, nunca lo olvidaré. Es lo más importante que me queda.

“Eran muy especiales, y tan jóvenes cuando murieron... Increíble”, agregó.

Para McGuinness, cuya carrera acabó por una lesión prematu- ramente a los 22 años, dos años después del accidente, asegura que los dos mejores del equipo eran los volantes Eddie Colman y Duncan Edwards.

“Yo no les llegaba ni a la suela de los zapatos”, explicó McGuinness en su casa de Sale, cerca de Mánchester .

Los papás de Colman no tenían teléfono y se enteraron del accidente por un amigo del jugador, Steve Fleet, portero del Mánchester City, quien corrió a su negocio para explicarle­s lo ocurrido.

Edwards sobrevivió inicialmen­te, pero murió dos días después en el hospital.

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AFP El reloj marca la hora del fatal accidente. Imagen del jugador fallecido Duncan Edwards.

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