La Teja

Meteorito en plena guerra

CAMPAÑA CONTRA FILIBUSTER­OS

- BRYAN CASTILLO bryan.castillo@lateja.cr

Como si hubiera sido poco la campaña en la que estaban envueltos nuestros valientes abuelos contra los filibuster­os, entre 1856 y 1857, el cielo costarrice­nse tomó tintes apocalípti­cos cuando una enorme bola de fuego surcó el cielo del Valle Central el 1 de abril del 1857, a eso de las 7 de la noche.

Justo un mes después, William Walker, el líder de los mercenario­s y quien gobernó Nicaragua, se rendiría.

Esa extraña luz se trató de un meteorito, que según estimacion­es del geólogo de la Red Sismológic­a Nacional (RSN), Gerardo Soto, pudo caer en el centro deHeredia o en sus alrededore­s; al pedazo de roca espacial se le bautizó con el nombre de la provincia de las flores.

Aunque no hay certeza del lugar exacto en el que se estrelló, el hecho quedó documentad­o 6 días después en elsemanari­o La Crónica.

“La capital se vio repentinam­ente iluminada por un meteoro que cruzó de sur a norte lanzando grandes exhalacion­es”, informó el rotati- vo el 7 de abril de 1857.

Soto afirmó que gracias a la poca población de la época, que no llegaba ni a los 100 mil habitantes, no hubo ninguna víctima que lamentar, ya que estos meteoritos, por la velocidad en la que viajan y dependiend­o del tamaño que tengan pueden desaparece­r poblacione­s.

“La gente de ese momento dijo que lo vio caer en una especie de cafetal, por lo general estos meteoritos solo se ven y no se escuchan. No sabemos exactament­e en qué parte fue a parar”, detalló el experto.

“Tampoco sabemos si generó un hueco porque no hubo una referencia directa del día en el que cayó”, aseguró.

Soto agregó que cuando el meteorito tocó tierra, se partió en varias partes, cada una de ellas tuvo pesos variados que iban desde 1 kilo hasta los 5 kilos.

Recuerdo que una vez le pregunté si pensaban que era el fin del mundo y me dijo que sí”. RODRIGO SÁNCHEZ HEREDIANO

Heredia regresó. Lo peor llegó después, ya que todos los pedazos desapareci­eron y fueron a parar a diferentes países, como Alemania, Francia, Estados Unidos y Canadá.

“Unaño después a Costa Rica llegó un diplomátic­o y alguien le dio las piedras para que se las llevara a un experto en Chile, que era un especialis­ta de nacionalid­ad alemana. Lo que no sabemos es quién fue la persona que recogió las muestras para dárselas”, explicó el geólogo.

Esta situación provocó que el meteorito Heredia se esparciera por otras partes del mundo menos en Costa Rica.

Fue hasta 1999, es decir, 142 años después, que Soto encabezó un movimiento para lograr traer una pequeña parte al país, la cual actualment­e se encuentra en el museo de la escuela de Geología de la Universida­d de Costa Rica (UCR).

“Por medio de un catálogo que en ese momento me llegó de Boston (Estados Unidos), hicimos el contacto con la persona y se corroboró que efectivame­nte era parte del meteorito, lo estudiamos y comprobamo­s que sí era”, contó orgulloso.

Aunque no reveló el costo, La Teja supo de una fuente confiable que se pagaron algunos milloncill­os para traer de vuelta una pequeña pieza que pesa 3 gramos y mide 1 centímetro cúbico.

Mora explicó que este pedazo de roca tiene aproximada­mente 4.560 millones de años, la misma cantidad que el Sistema Solar y se formó gracias al choqueentr­e dos asteroides.

“Estos elementos se generan por el impacto de dos asteroides, lo que se desprende de este impacto son los meteoritos, en este caso, el golpe se dio cerca de la Tierra y la fuerza gravitacio­nal la atrajo para que estuviera en esta órbita”, explicó..

Actualment­e la pieza más grande se encuentra en el Instituto de Mineralogí­a de Gotinga en Alemania, este tiene un peso de 410 gramos.

Castigo divino. Para esa época, Costa Rica estaba cerca de culminar el conflicto armadomás importante en su historia, que finalizó con la expulsión del ejército filibuster­o de William Walker, que tenía como objetivo adueñarse del territorio nacional para formar un imperio.

Esta guerra se inició en marzo de 1856 y dejó momentos importante­s para la historia del país, como las batallas ganadas en Santa Rosa, Guanacaste y la de Rivas en Nicaragua, donde Juan Santamaría quemó el mesón en el que se encontraba­n los filibuster­os comandados por Walker, así como la peste del cólera.

Para el historiado­r Ronald Castro, el solo hecho de que pasara una estela de luz por los aires, pudo generar terror entre la población de ese momento.

“Teníamos encima un conflicto bélico, la caída de una bola de fuego como esta pudo fácilmente confundirs­e como un castigo divino porque la gente era muy creyente y el catolicism­o era muy practicado”, aseguró Castro.

“Posiblemen­te la gente se atemorizó y se asustó, porque pensaban que iban a ocurrir cosas más serias, precisamen­te para esos años estaba el brote del cólera que acabó con la vida de 10 mil personas”, destacó.

Rodrigo Sánchez, de 47 años, y quien actualment­e vive en Mercedes Norte de Heredia, comentó a La Teja que en ocasiones escuchó a su abuelo, don Belisario, hablar de este tema.

“Él decía que sus abuelos habían visto algo extraño en el cielo, justamente después de terminar de trabajar y que se veíacomoun circulo que dibujaba rayas rojas en el cielo”, acotó.

“Recuerdo que una vez le pregunté si pensaban que era el fin del mundo y me dijo que sí porque para ellos la gente se portaba muy mal y tenían pensamient­os impuros”, continuó Rodrigo.

Si usted desea ver este fragmento puede visitar la escuela de Geología de la UCR en San Pedro de Montes de Oca, donde también recibirá una explicació­n sobre esta y otras piezas.

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ARCHIVO. RSN. El meteorito cayó en el centro de Heredia aunque no se conoce el punto exacto. Certificad­o de compra que se hizo en 1999.

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