“La vida ha cambiado mucho” (I)

Esta semana le invito a tomarse un minuto y reflexionar sobre los cambios en la vida.

¿Cuántas veces chado esto? Posiblemente desde su niñez ha oído que la vida ha cambiado. La verdad es que la vida cambia todos los días. La pregunta correcta sería: ¿La vida cambió para bien o para mal?

Todo padre de familia quiere que la vida sea mejor para sus hijos y las generaciones que vienen detrás. Tendría que ser alguien sin consideración o despreocupado por mejorar su existencia si no quisiera que la vida fuera mucho mejor.

El asunto se pone serio cuando uno se da cuenta que para que la vida sea mejor, debemos cambiar. Ahí es cuando nos enfrentamos a la realidad, porque cambiar no es sencillo y cuesta. Cambiar el hábito de levantarse tarde y esperar que le sirvan la comida, debería cambiarlo por levantarse más temprano y preparar la comida por su cuenta, incluso para los demás. Cambiar el temperamento. Dejar de ser esa persona de mal genio y que por todo reclama y grita. Dejar de decir malas palabras. Dejar de maldecir cuando las cosas no salen como quería, no es fácil. Porque para cambiar lo de afuera, se debe cambiar desde adentro. Me refiero a que si usted quiere que Costa Rica cambie y sea un país mas lindo, próspero y de paz, usted debe cambiar. Deje de tirar basura en las calles, deje de criticar aquello que no le parece, deje de encontrar fallas en los demás; porque todos tenemos grandes debilidades también. Jesús habló a sus discípulos y les dijo que el cambio viene desde adentro, no viene al pulir lo que uno aparenta. ha escu-