La Teja

PAREJA QUE ENCANTA

- ✦ KEYNA CALDERÓN Correspons­al GN Camino a Dulce

Nombre de La Unión, en Cartago, hay un lugar muy particular que atrae las miradas de los que pasan por el taller mecánico de Eduardo Salguero, dueño de un par de chuzos negros llamados La Chola y El Conde.

Él es amante de los volkswagen viejos y por eso lo buscamos para conocer la historia de los carros para nuestra sección "Chuzo de la semana".

–¿Qué tipo de vehículos son?

–La Chola es una Westfalia modelo 1972, estilo camper. Tiene camarote, cama interna, refrigerad­ora, lavatorio y mesita interna. Todo es parte de una modificaci­ón que le realicé hace dos años, cuando era una combi normal.

El escarabajo lo compré hace cuatro años y era sólo el cascarón sin motor, sin papeles al día y lo modifiqué hasta convertirl­o en un estilo volkstrock, que por lo general se fabrican en Estados Unidos y en Brasil.

El techo se le hace más pequeño (se le baja) y el carro se modifica para practicar un estilo wrap.

La combi es motor 1.600, caja cuarta y es para ocho pasajeros, utilizada más que todo para para ir a la playa o a la montaña.

El volkswagen escarabajo es para cinco personas.

–¿Por qué les puso esos nombres?

–La Westfalia es La Chola porque yo la fabriqué en honor al abuelo demi esposa. Cuando él falleció yo estaba terminándo­la y se la dediqué a él porque fue como mi segundo abuelo y le decían Cholo.

Al escarabajo le puse El Conde porque hace muchos años veía ciertos programas en la tele y de ahí nació la pasión por fabricar carros modificado­s.

–¿Cómo los adquirió?

–La Chola la compré hace dos años a un señor que la tenía en una finca por Tarbaca, me costó como ¢700 mil. El Conde se lo compré a un señor de Heredia que lo tenía para chatarra, pero mi interés siempre fue el de modificarl­o.

–¿Qué arreglos les ha tenido que realizar?

–La modificaci­ón ha sido total en los dos porque casi he tenido que fabricarle­s la mayoría de la instalació­n eléctrica, las partes de freno, hacerlo funcional para poderlo trabajar en las carreteras nacionales.

El Conde ha llevado mucho más trabajo por haberlo fabricado a mi gusto, La Chola se mantiene muy original aunque muchas de las cosas se las he hecho yo, pero no le he hecho tanta modificaci­ón como al otro porque se le han hecho recortes.

Aquí en el negocio tengo un personal calificado para hacer esas cosas como soldaduray­me- cánica. Con El Conde tardé casi un año modificánd­olo y con La Chola" fue un poco más rápido, porque ya tenía la mayoría de las piezas en el taller.

He tenido que comprar varios carros para que sirvan de donantes: con la Westfalia fueron dos Volkswagen microbús ,pero luego los volví a vender para quedarme sólo con los dos míos.

–¿Cuánto calcula que ha invertido en ellos?

–En El Conde unos ¢2 millones y en La Chola unos ¢4 millones. Para mí ha valido la pena porque el kilometraj­e que le doy al carro no es tanto por lo que gaste en gasolina, sino por el sentimient­o, ver las sonrisas y la felicidad de poder viajar lejos y estar con mi familia, sabiendo que estoy montado en un vehículo que yo mismo fabriqué

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