CHANCHITO CONTRA EL CELU
TRABAJADORES DE LANAMME REFUERZAN LAS CONVERSONAS
Nacional de Modelos Estructurales (Lanamme) de la Universidad de Costa Rica, no solo se ocupan de analizar la calidad de nuestras carreteras, o evaluar la resistencia de las estructuras a los sismos.
Un grupo de funcionarios también intenta fortalecer las relaciones entre compañeros, y que estas no se agrieten.
Para ello hasta apelaron aun chanchito.
¿Qué inventaron estos jóvenes universitarios?
Bueno, así está el arroz. Como los teléfonos inteligentes les robaron el mandado a las conversaciones, entre 6 y 8 funcionarios del Lanamme acordaron establecer una teja de multa al que use el celu mientras están tomando yodito.
“Resulta que mientras compartíamos un desayuno, uno de nosotros notó que todos estábamos viendo el teléfono por lo que no nos hablábamos.
“Entonces dijo: ‘Gente, qué les parece si hablamos, qué tal si somos amigos’”, explicó Sharline López.
Fue Fabio Aguilar quien al poner el celu en la mesa volvió a ver a su alrededor y se dio cuen- taqueasu lado estabauncompañero ni había determinado por estar concentrado en su teléfono.
Inmediatamente todos dejaron el celular en la mesa y empezaron a darle forma a la idea que un par de días después empezaron a poner en práctica.
Pablo Agüero llevó un tarro en el cual echarían las monedas del “castigo” y hasta contribuyó con algunas por si se tenía que dar vuelto.
“Lo que pasa es que el tarrito no invitaba a hacer la dinámica y terminó de florero”, recordó López.
Poco después se pulieron y compraron un chanchito en el mercado de artesanías y le pegaron una pintadita para que se viera más corrongo.
Y para retar aún más a la fuerza de voluntad, decidieron extenderlo el reto al yodito de la tarde.
Compartir. La regla es muy simple, olvidarse del celu mientras se comparte el café y si la incumple tendrá que soltar una tejita que va directo al chanchito.
Ese dinero se destinará a un desayuno compartido entre quienes se apuntaron.
“Ha habido gente que llega a compartir con nosotros y le decimos que si se apunta, pero dice que no y al final no pasa nada, porque lo que buscamos es mejorar nosotros y llamar la atención de los demás”, explicó López.
Aguilar dijo que entre sus objetivos está que en otras oficinas la gente se anime a dejar el celular de lado por un rato para que comparta más con sus compañeros de trabajo, mientras toman café o almuerzan.
“Siento que hayunimpacto hasta en quienes no participan porque al menos lo llegan a pensar. La idea es decirle a la gente que hablemos más, que seamos más compañeros. Sé que los que no se han apuntado al menos reflexionan con lo que hacemos y proponemos”.