¿Le desespera algo de un amigo?

Un dato muy interesante en el plano de las relaciones interpersonales es cuando se tiene una relación de años, con una persona en la que si se hace un buen balance son más los buenos momentos que los malos. Uno esperaríaque si una persona ha tenido buenos momentos con otra y se siente en confianza debería tener una relación cercana, cálida, positiva y constructiva.

Esto debería permitir la apertura, la libertad y la transparencia para hablar abiertamente, todo en aras de construir y fortalecer esta relación, porque todo vínculotendrá momentos de desacuerdo, tensión y de fricción y esto no tendría por qué dañar un vínculo afectivo. ¿Le desespera algo de un amigo? Creo que hay dos grandes retos acá:

La primera es pensar si loque le desagrada será tan importante, o es algo que si lo analiza, no afecta tanto y quizá lo pueda tolerar.

La otra opción es que si es una relación de confianza, de cariño y de apertura debe hablar, expresarse sin miedo para que el vínculo se mantenga. Hay quienes dan este paso, se acercan y hablan, porque la otra persona es tan importante en su vida que hablar resulta una gran medida para proponer y resolver, es una forma de amar. Pero qué triste es toparse con una persona, que no quiere escuchar y menos pensar. Algunas hasta se resisten a reconocer, aceptar y asumir que quizá pueda mejorar.

La otra opción es cuando la otra persona es la que habla, se da cuenta que tiene razón, ya que lo que está proponiendo es “cuidar la relación”, pero no importa lo que diga, el otro no lo hace y se empiezan a fisurar las cosas poco a poco. Todo vínculo cambia con el tiempo y hablar es la medicina para el alma y el corazón.

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