La Teja

INFIERNO CLÁSICO

PARTIDOS ENTRE LA LIGA Y SAPRISSA SUBEN LA AGRESIÓN CONTRA LAS MUJERES

- ✦ KAROL ESPINOZA kespinoza@lateja.cr

“Si Saprissa ganaba me iba peor, me agredía con más fuerza y hasta temía por mi vida”. MARISOL

VÍCTIMA POR 9 AÑOS

Para los fiebres del fútbol, sobre todo morados y manudos, un día como hoy es sinónimo de festejo. Se enfrentan Saprissa y Alajuelens­e en el cierre de la cuadrangul­ar y la pasión está a flor de piel. Se supone que el partido traerá alegría, pero la realidad es muy diferente. Hay mujeres para quienes este tipo de enfrentami­entos son una tortura porque significa que crecen la violencia y la agresión familiar.

Días tristes. El dato produce escalofrío­s. Por ejemplo, el domingo 22 de abril, cuando Alajuelens­e dejó ir una ventaja de 3-0 ante Saprissa y terminó igualando a tres, el promedio de casos atendidos en el servicio de emergencia­s del 911 subió a una llamada cada dos minutos y medio.

Se recibieron 423 alertas, cuando lo tristement­e habitual es una cada cinco minutos.

La fiebre por el fútbol mal entendida y mal administra­da deja atrás un camino de dolor para quienes, en muchos casos, ni siquiera siguen a los equipos que se enfrentan en la cancha.

Aquel domingo 22 de abril, el pico más alto de reportes al 9-1-1 se dio entre las 5p. m. y las 8 p. m., es decir, durante el clásico y enla hora siguiente al final.

“Solo en esas tres horas hubo

74 solicitude­s de auxilio”, publicó el diario La Nación el pasado

29 de abril.

Lo tienen medido. El dato de que la agresión no acaba con el pitazo final fue ratificado por el Instituto Nacional de la Mujer.

“Después de cada juego incrementa­n las llamadas al 911, hay una epidemia contra la mujer”,

señala Darcy Araya, del Departamen­to de Violencia de Género del INAMU.

Araya explica que algunas personas siguen creyendo que el aumento de la violencia tiene que ver con el alcohol y las drogas, pero esa no es la razón. La causa, dice, es una desigualda­d de poder.

Alguien, en este caso el agresor, cree tener más poder y dominio sobre la víctima.

“¿Y por qué el agresor no se pelea con alguien en la calle?. Porque mide fuerzas y la ganancia que obtiene es tener sujetos (bajo su mando) a su mujer y a los niños; es ahí donde ejerce el poder”, explica Araya.

La funcionari­a mencionó estudios que señalan que los juegos entre manudos y morados se caracteriz­an porque en ellos los agresores “exacerban sus emociones”, es decir, las elevan. A eso se suma el consumo de alcohol y el resultado es un número mayor de mujeres agredidas.

“Podemos asegurar que luego de un clásico, un partido de fútbol (en general) o de la campaña política reciente, donde había un mensaje de odio y discrimina­ción, se incrementó la situación de violencia", dijo Araya.

Será un día duro. Los operadores del servicio de emergencia­s del 911 saben que deben ir más que preparados para un día como este domingo no solo porque juegan manudos contra morados, sino porque el partido definirá cuál de los dos clubes pasa a la final. Eso podría hacer subir más los casos de agresión. “Uno se viene mentalizad­o porque ya sabe que será una jornada dura.

“En ese momento (de las llamadas) tenemos que comprender la situación, está sucediendo una agresión y las usuarias no tienen claridad para dar informació­n; de inmediato pedimos ayuda porque, por lo general, se les corta la llamada o les arrebatan el teléfono”, explica Edgardo Muñoz, operador en el 911 desde hace diez años.

Viviana Agüero, funcionari­a del 911 desde hace una década, contó que la cosa se pone peor cuando acaba el juego.

“Si están en las casas (los agresores) empiezan a tomar y se empiezan a dar situacione­s con la pareja, tal vez ellas les dicen que estén tranquilos, que no se enojen, pero ya tomados, por el mismo resultado del partido, la agresión se incrementa”, añadió Viviana.

¿Por qué el fútbol? Darcy Araya deja claro que el único deporte para el cual han medido la agresión que lleva asociada es el fútbol por tratarse de la actividad deportiva más seguida en el país.

Entre las razones que la funcionari­a del INAMU encuentra para que se dé una clara relación entre este deporte y la agresión contra las mujeres está lo futbolera que es la mayor parte de los hombres.

Además este deporte deja a los fanáticos exterioriz­ar sentimient­os

Hay una epidemia (de agresión) contra la mujer”.

DARCY ARAYA INAMU

–frustració­n, alegría o enojo– que no se permiten manifestar en el día a día.

“Si hubiera otro deporte de masificaci­ón que lo hiciera, probableme­nte exacerbarí­a los ánimos por ahí”, indicó Araya.

Aunque el aumento de casos de agresión se da sobre todo después del partido, eso no quiere decir que durante el juegp no se presenten, señala Araya.

De hecho, puede ser que durante los 90 minutos o más que dura una mejenga, el agresor se contiene, está “calmado” viendo cómo juega su equipo y si al final decide agredir a la víctima, lo hace y se va de la casa.

“Entonces la señora sale a buscar ayuda. Tal vez por eso se ve un reporte mayor luego del juego, pero no es que hasta ese momento el hombre ejerce la violencia física, mental o sexual. Lo hace desde antes”, señala Darcy.

Araya les recomienda a las mujeres estar preparadas, tener un plan de seguridad, especialme­nte si ya saben que un evento como un clásico puede aumentar la posibilida­d de que sus parejas las agredan.

Tener a mano los documentos personales, las llaves de la casa, ropa lista para los hijos y saber a quién llamar por auxilio son aspectos a tomar en cuenta.

“Incluso determinar un sonido de ayuda para que los vecinos estén alertas”, agregó.

Lo ideal sería que ningún hombre se sienta con el derecho de golpear a su compañera o a sus hijos, pero desdichada­mente eso no pasa en Costa Rica.

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G. SOLIS El 22 de abril las agresiones contra las mujeres aumentaron.

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