Samaritanos del ambiente
DAN LA MANO CON EL RECICLAJE
unos 10 años el ministerio El Buen Samaritano, de la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, en Goicoechea, se dedica todos los domingos en la mañana a ayudar a los habitantes de la calle ofreciéndoles un baño, ropa limpia y comida.
Sin embargo, como en muchos grupos de voluntarios, se cuestionaron si esa buena obra era suficiente.
Fue así que se pusieron a analizar diferentes ideas hasta que le pidieronayuda al padre Cristian Solís, quién les dio un campito para recolectar material reciclable todos los sábados.
Trabajo a indigentes. Los motivó la oportunidad que había de colaborar con la protección del ambiente y por lo que se menciona en el Laudato Si, la segunda encíclica del papa Francisco, de la importancia de proteger “nuestra casa en común”.
Es de esta forma es que nació Ecolupanos, su directorWilliam Chacón nos contó que el proyecto es para beneficiar a más personas en riesgo social.
“El proyecto busca que los habitantes de la calle se motiven a trabajar y ganarse cupones de al- muerzo a cambio de recolectar material de reciclaje, lo vemos como una forma de devolverles dignidad y sentido de trabajo”, comentó don William.
Para las jefas de hogar. Las Damas Vicentinas se apuntaron, lo que les ha permitido que mujeres jefas de hogar sin estudios encuentren en esta actividad una forma de llevar el arroz y los frijoles a la mesa de sus hogares.
“Nuestras experiencias han sido hermosas, te puedo contar la de una mamá con niños pequeños que se fue a la tienda Ekono Guadalupe y se puso de acuerdo con el administrador para que la dejaran reco- ger el cartón, lo que la ayudó a reciclar 100 kilos, lo que pudo cambiar por comida para su familia”, contó Chacón.
Para asegurarse de que el material no termine en un lote baldío es entregado a la empresa DETEA, que les da un certificado de comprobante de la cantidad de material que recolectan cada semana.
Actualmente, reciben material de comunidades cercanas como Sabanilla, San Ramón de La Unión y San Antonio de Coronado, además de Guadalupe.
A los vecinos que entregan materiales se les da una calcomanía para distinguirse como miembros de Ecolupanos y que en un futuro no muy lejano ayude a identificar los hogares donde los gestores de cambio puedan ir a recolectar material reciclable.
Bien organizados. Cada sábado al mes se asigna una clase de material para reciclar, una semana reciben papel y cartón, la otra plástico y vidrio, o aluminio y hasta desechos no tradicionales como electrodomésticos.
“Empezamos tan bien que en el primer trimestre del año ya logramos recoger 11 toneladas de material que viene de 250 hogares, la meta es que todos los vecinos se apuntenyasí evitar que llegue a los ríos o se quede en la calle contaminando”, aseguró Chacón.
Según el director del grupo la idea es que esto se repita con varias personas que por sus limitaciones no consiguen trabajo y puedan encontrar una forma desostener a su familia con dignidad.