Las varas como son
Alguien de Tacacorí o de Tambor, en Alajuela, se anotó un 100 en creatividad aplicada a señales de tránsito, pero hasta ahora nadie sabe su nombre.
En esos pueblos llevan más de 10 años luchando para que arreglen la calle que los comunica, pero nada que les dan pelota. La reacción ante esa indiferencia resultó en un llamativo rótulo que advierte del estado de la calle.
El autor (¿o serán varios?) se lució recurriendo a un emoticón de WhatsApp que, se supone, representa un helado de chocolate, pero al que en Costa Rica le damos un uso distinto. Lo importante con el rótulo es que quien lo lee, lo entiende y hasta se ríe.
El trayecto sobre el cual los vecinos desean llamar la atención es de aproximadamente 4 kilómetros y está lleno de parches.
Es la pura verdad. Don Asdrúbal Vega es el presidente de la Asociación de Desarrollo Comunal de Tambor y le dijo a La Teja que a pesar de que el mensaje es un poco fuerte (pero no de olor), no dice ninguna mentira.
“Cuando uno ve esos letreros le da risa, pero también se da cuenta que no es ninguna mentira, que esto se hizo porque es la realidad y con lo que hemos tenido que vivir durante muchos años”, afirmó.
Vega comentó que hay cuatro señales iguales en todo el trayecto, una por cada kilómetro dañado.
“Mucha gente lo ha agarrado en vacilón, pero también saben que es algo serio y que les puede afectar bastante. Por ejemplo, muchos aquí han tenido que cambiar sus llantas y los aros porque de tanto hueco que hay les dañan estas partes”, afirmó Vega.
“También hay un peligro increíble de que haya un accidente. Por estarse quitando los huecos, los choferes a vecesnoven que viene otro carro, por dicha no ha ocurrido ninguna desgracia, pero parece que eso es lo que están esperando las autoridades", añadió.
En el aire. Don Asdrúbal tiene toda la vida de vivir en este lugar y reconoció que anteriormente se habían reunido con Germán Valverde (ministro de Obras Públicas y Transportes al final de la Administración de Luis Guillermo Solís), pero se quedaron esperando una respuesta.
“Vamos a ver si el nuevo ministro (Rodolfo Méndez) viene, realmente esto es una necesidad, no es uncapricho. Esta calle lausanmuchas personas para llegar a sus trabajos o para llevar a sus hijos a las escuelas y colegios. Estamos cansados de estar esperando por algo que nos han prometido otros gobiernos y no llega”, dijo.
Si es necesario ponen más.
Aunque reconoció no saber de quién fue la idea, don Asdrúbal aseguró que si no obtienen una solución llenarán la carretera con más letreros de los mismos.
“La gente de las dos comunidades es bastante organizada. Si esto sigue tendremos que pegar más rótulos o realizar otro tipo de reclamo, ya estamos cansados”, añadió.
El 26 de enero de este año la empresa Autopits hizo algo parecido en las cercanías del Ministerio de Trabajo, en San José.
La iniciativa llevaba por nombre “Craterlandia” y por medio de ella invitaron a la gente a bautizar huecos.
“El Cañazo”, “El Sopapo” o “El Espanto”, fueron algunas de las ocurrencias, que también llamaban la atención sobre los cráteres que llenan algunas carreteras.
Ricardo De la Peña, gerente de la sucursal de La Uruca y quien estuvo detrás del proyecto de “Craterlandia”, calificó como muy “creativa” la idea de los manudos.
“Es vacilón desde cualquier punto de vista. Ellos identificaron que esta era la forma para hacer un reclamo y que les solucionen el problema. A mí esto me gustó mucho, es algo que llama a actuar a las autoridades correspondientes”, afirmó
O sea, el objetivo de los vecinos se ha cumplido.