Aturdido y abrumado

“Por las dudas de los celos se ve triste en la cantina a un bohemio ya sin fe, con los nervios destrozados y llorando sin remedio”, dice la canción “La copa rota”. ¿Quién no ha estado alguna vez así de afligido por un amor, o por lo que sea? Miente el que diga que jamás se ha sentido agüevado por amor. El fútbol no es ajeno a esas penas, los que tienen esa pasión entienden la alegría del triunfo y lo amargo de perder. Muchas son las burlas para el Machillo Ramírez por no saber el nombre del mae que usa la chema 10 de Bélgica. Esa bendita conferencia de prensa fue la excusa perfecta para que las redes sociales se conviertan en caldo de cultivo para que miles de personas indignadas satisfagan sus más bajos placeres y hagan mofa de él, al tratarlo de ignorante por el zafis. Óscar reconoció que no mastica bien el inglés, y que le dio bañazodecir el nombredelnúmero 10. Yo entiendo a Óscar, amí mecuesta pronunciarmuchas palabras extranjeras, más cuando soy un polo de Guadalupe. Lukaku, Mertens, Batshyayi y Dendonker, ¿son esos apellidos fáciles de memorizar? Creo que no, y menos si le sumamos 4 pepinos. Jamás el Machillo iba a estar con la lucidez para dar declaraciones (imagínese como andará por estos días), ya que estaba abrumado, y si hubiera tenido una pacha de guaro se la manda de una por la obstinación. No juguemos de vivos, ¿quién me dice en un segundo ante cámaras de TV, el nombre de nuestro último jefe de Estado? ¡Cuesta hacerle mente!