Agente canina deja un gran legado
una perrita de la Unidad Canina del OIJ, ayudó en aproximadamente 350 investigaciones, su especialidad era la búsqueda de drogas y su servicio lo brindó durante ocho años, hasta que le descubrieron que sufría un cáncer linfático, enfermedad por la que murió el viernes anterior.
Por ese mal, a mediados del 2017 había dejado sus labores y en febrero anterior fue jubilada, por el estado de salud no la dieron en adopción; sin embargo, estuvo bajo el programa casa cuna, esto con el fin de que recibiera cuidados especiales por parte de una familia, quienes se hicieron cargo de los gastos y cuidados de la peludita.
La agente murió, pero deja un legado. En el 2015 fue premiada como la mejor miembro de la Unidad Canina, por sus enormes aportes en las investigaciones, muchos de los judiciales la recuerdan con gran aprecio y lamentaron su muerte.
Los miembros del Organismo de Investigación Judicial agradecieron a la familia que se hizo cargo de la perrito durante sus últimos meses de vida y también reconocieron la enorme importancia de contar con estos animales, que les permiten descubrir rastros y aclarar más las investigaciones, debido a que el olfato de los perros es considerado 50 veces más receptivo que el de un humano.