Chepito y los dos Machillos

Con la sensación de que se pudo haber hecho mucho más en Rusia si el técnico Oscar Ramírez no hubiera sido tan miedoso, terminó nuestra aventura mundialista. Con la actitud y el planteamiento de este miércoles ante Suiza otra historia estaríamos viviendo.

Sí, Ramírez se equivocó, erró con Johan Venegas, falló con Christian Bolaños, falló al no meter a Kendall Waston cuando caíamos 1 a 0 ante Serbia y quedaba bastante tiempo por jugar; pifió al no meter a Joel para que acompañara a Ureña en ese partido en el que nos jugábamos la permanencia en la Copa. Este miércoles, cuando intentó lavarse la cara ya era tarde. El empate fue una bofetada para él mismo, porque aunque no lo reconozca, sabe que es el responsable de la temprana eliminación, porque en el banquillo tenía material humano al que debía respaldar con de una idea de juego ambiciosa. Pero todos esos errores son del Óscar Ramírez técnico, no del Óscar Ramírez como ser humano, como esposo, como papá. Puede haber perdido la paz por saber que pudo haber hecho más desde el banquillo, perono puede perder la paz como persona, por amenazas a su familia. Son dos mundos diferentes, uno es el técnico y el otro el que tiene una vida privada que hay que respetar, porque los insultos no solo lo dañan a él, también golpean a sus padres, a sus hijos, a su esposa y eso no se vale. No se puede ser tan cobarde.