Vida difícil, pero plena
JOVEN RECUERDA TERRIBLE ACCIDENTE
Fernández encuentra fortaleza en Dios, su mamá, sus familiares y, además, en su buena actitud ante los momentos difíciles.
Así lo afirma esta joven de 22 años quien perdió la movilidad de las piernas por culpa de un trailero irresponsable que provocó un accidente de tránsito.
A pesar de los dolores y la angustia ha sacado lo mejor que tiene. Sueña y se esfuerza para lograr su meta de convertirse en profesional y ser administradora de empresas con énfasis en banca y finanzas, carrera que está cursando en la universidad desde hace dos años.
El primero. Desde hace un mes está que no cabe de la emoción ya que encontró trabajo, es cajera de un supermercado en Venecia de San Carlos, donde vive desde hace mucho tiempo.
“Algunos clientes no ven que estoy en una silla de ruedas, pero cuando se dan cuenta me felicitan. Este es mi primer trabajo y me siento muy agradecida porque soy parte de un proyecto en el que contrataron personas con alguna discapacidad física”, mencionó.
Alejandra desea tener más experiencia laboral, crecer y una vez que termine sus estudios obtener otro cargo laboral o incluso trabajar para un banco.
A esta valiente nada la atrasa, se desenvuelve sin problemas. Uno se la puede topar en San Carlos sola porque su vida es dinámica. Va al trabajo, le pone para llegar a clases y luego se devuelve a casa, todo esto lo hace utilizando el bus.
Perdón. La muchacha vive sin rencores, asegura que hace tiempo perdonó al trailero que andaba sin licencia y que provocó el choque. Aunque sí siente dolor porque por culpa del accidente perdió a dos de sus seres queridos: un primito, Guadalberto Miranda Fernández de 14 años, y a su cuñado Roy Núñez Castro, de 34 años.
La fatalidad ocurrió el 30 de diciembre del 2007 cuando la familia viajaba en una buseta desde San Carlos a Pérez Zeledón, de donde son oriundos.
En una curva, a la altura de Macho Gaff, se toparon con el tráiler, el cual invadió el carril y golpeó la microbús en la que iban.
“He perdonado al trailero porque me generó una vida que no ha sido fácil, pero ha sido plena”, dice Alejandra.
Cansado. El responsable del accidente huyó del país, pero tres años después lo agarraron en Estados Unidos, el caso fue llevado al Juzgado de Cartago; sin embargo, Alejandra decidió no seguir con el proceso porque para ella era muy cansado viajar desde San Carlos a Cartago para las audiencias.
“Le dije al juez: ‘hasta aquí llega el proceso para mí’, era muy cansado y por más plata nada me devolvería mi movilidad”, expresó.
De vuelta. Cuando ocurrió el accidente ella tenía 11 años y su mamá vivía en Estados Unidos, pues buscaba darles un futuro mejor a sus hijos.
“Este accidente me devolvió a mi mamá, su compañía, nunca más se volvió a ir y no se separa de mí”, mencionó con alegría.
“Si me dicen que pida un deseo, pues sí desearía volver a caminar, pero igual en mi condición soy feliz”, sostuvo.
Ella asegura que la vida la va desde un ángulo diferente, disfruta cada momento y prefiere no quejarse. Ya pasó aquel tiempo en el que lloró por las úlceras que se le hacían y de pasar mucho rato acostado sobre un colchón.
Alejandra les pide a los conductores tener paz en las carreteras.