Agradecido con la vida
SOBREVIVIÓ A ATROPELLO EN LA PLATINA
Quizás para algunas personas sentir el viento, el calor del sol o el mover las piernas es lo más normal del mundo; sin embargo, para Marco Vinicio Calderón Astúa esas simples actividades son grandiosas y por eso agradece poder disfrutarlas un día a la vez.
Don Marco festejó su cumpleaños 58 este miércoles 7 de noviembre, pero tiene muy claro que volvió a nacer un lunes 9 de febrero del 2011, día en que sobrevivió a un trágico atropello que provocó el canadiense Gerald James Wallington, quien manejaba un carro rentado a alta velocidad.
Ese día Marco perdió una parte importante de su vida al ser el testigo más cercano de la muerte de su compañero de trabajo, Omar Lépiz Delgado, quien falleció consecuencia de los fuertes golpes.
Ellos formaban parte de la cuadrilla del Ministerio de Obras Públicas y Transporte (MOPT) que hacían trabajos sobre el conocido puente la platina.
“Nunca me he quejado de la oportunidad de vivir, a pesar de los dolores que pueda sentir, soy feliz y vivo agradecido por cada oportunidad”, dijo el valiente se- ñor que sobrevivió al accidente.
El carga estuvo poco tiempo en silla de ruedas, pero el bastón sí lo acompañó un rato mayor. En el pie derecho le tuvieron que poner 20 tornillos y dos platinas, asegura que fue su propia fuerza de voluntad la que le permitió seguir adelante.
Nole damente. No niega que a veces siente dolor físico, sobre todo cuando se le duerme el pie, pero trata de no darle atención, por lo que casi nunca se queja.
“Cuando pude caminar salía con el bastón, poco a poco fui recuperando mi vida, desde el dos mil tres corro y era una actividad que necesitaba recuperar, sin embargo, creía que iba aquedarinválido, pero he sido una persona positiva, quería mejorar, al tiempo comencé a trotar y ya luego estaba corriendo de nuevo”, comentó, al mismo tiempo que dice que esa es una de las formas de deshacerse de las angustias.
Aunque ha avanzado montones, la recuperación ha tenido y sigue teniendo cuestas bravas, sobre todo en la parte sicológica, por ejemplo, cuando escucha un frenazo siente el temor de sufrir de nuevo un accidente.
“A mí me atropellaron cuando estaba de espaldas, nunca vi el carro, entonces si voy en la calle y escucho ese chillido es inevitable asustarme”, comentó.
Después de este accidente de tránsito, Marco no volvió a trabajar en la calle, en el MOPT lo pasaron de puesto, está en el taller donde hacen las señales de tránsito, las cuales quisiera que fueran más respe- tadas por los conductores.
“La ley debería ser más drástica, pienso que ahora muchos andan frente al volante y no consideran que todos tenemos familias que nos esperan en casa”.
El sobreviviente le pide a los conductores tener conciencia, asegura que es un milagro estar con vida, pero aún le duele saber que perdió a un compañero con el que compartía frecuentemente.
El canadiense huyó de Costa Rica rumboa su país después del accidente, pero fue detenido cuando el avión hizo escala en Atlanta, Estados Unidos. En octubre de ese año fue condenado a
tres años de cárcel.