Metérsele al toro no es ningún brete
las fiestas de fin y principio de año a la vuelta de la esquina, el Instituto Nacional de Seguros (INS) mandó a los toreros improvisados y montadores que armarán el espectáculo en Zapote y en otros redondeles, a pensar muy bien si quieren metérsele al toro.
Resulta que estos amantes de la adrenalina podrían verse en problemas si se confían en la póliza de riesgos de trabajo porque las corridas no aplican porque el arte taurino no está clasificado como un brete.
“La actividad de los toreros improvisados no es catalogada como una actividad laboral y, por lo tanto, las lesiones que se generen con motivo de las corridas en un redondel no pueden ser cubiertas por el Seguro de Riesgos del Trabajo”, explicó el INS.
En un comunicado de prensa la institución recalcó que es de- ber de los organizadores de la actividad adquirir una póliza básica de accidentes colectiva, que se puede comprar si se cuenta con todos los permisos para organizar las corridas de toros.
La póliza básica de accidentes del INS cubre en caso de muerte accidental, incapacidad y gastos médicos, y el precio varía en razón del monto asegurado que se desee contratar.
Cálculo. Para calcular el monto total, se debe multiplicar la prima por la cantidad de personas que van a participar en la corrida por evento.
Con esta protección los corneados podrán recibir atención médica en cualquiera de los centros médicos regionales del instituto, para lo cual el asegurado debe presentar una orden de atención médica extendida por alguna sede del Instituto.
Con esto no se limita la cantidad de consultas y no se aplicará deducible ni el coaseguro (monto restante del deducible).
pecialistas y creemos que va a ser de mucho beneficio para todos nuestros pacientes”, comentó.
Procesoencaminado. En Heredia, desde el 2016 se inició con el proceso para contar con un área de quimio que estará lista a mediados de este año, con esto, quienes son atendidos ahí ya no tendrán que ir al México para ese tipo de atención.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) revelaron que por año, aproximadamente 11.500 personas que viven en Costa Rica son diagnosticadas con algún tipo de cáncer, de ellas cerca de 5.000 fallecen por culpa de este mal.