TAXISTAS ALUMBRAN LA VIDA
CUATRO HERMANITOS ATROPELLADOS POR MOTOCICLISTA EN PUNTARENAS
“Muchas veces se habla muy mal del taxista, pero yo puedo decir que un taxista es un ángel guardián en la noche”. ARTURO ALANÍS TAXISTA
Taxistas porteños se comportaroncomo héroes el lunes en la noche cuando se pusieron de acuerdo para iluminar con las luces de sus carros la pista de Chacarita, en Puntarenas, donde debía aterrizar un helicóptero que recogería a dos hermanitos –un chiquito de 2 años y una chiquita de 4 años atropellados– para llevarlos al Hospital de Niños.
Al menos 70 taxistas se unieron al saber que las autoridades necesitaban ayudapara hacer visible el lugar donde la nave debía tocar tierra.
Los dos pequeños y sus otros dos hermanos, unniño de6yuna niña de 12 años, resultaron heridos al ser atropellados por un hombre que perdió el control de su moto en Quebrada Amarilla de Jacó.
Los hermanos fueron llevados a la clínica de Jacó y después al hospital de Puntarenas, Monseñor Sanabria. Como los más pequeños sí estaban delicados se decidió mandarlos al Hospital Nacional de Niños, donde indicaron la tarde de este martes que están en Cuidados Intensivos. El más delicadito es el de 2 años.
Están malitos. Germán Guerrero, especialista de la Unidad de Trauma, dijo que el chiquito tiene lesiones en el cerebro.
“La niña sufrió golpes en el pecho que le afectaron los pulmones, se fracturó las piernas y eso ameritó que Ortopedia la llevara a sala de operaciones”, añadió.
Guerrero dijo que dar un pronóstico para los hermanitos es prematuro.
Arturo Alanís es uno de los taxistas que participó en la noble acción de iluminar la pista y contó que ellos se organizaron luego de que la Central de TaxisUnidos de Puntarenas recibió una llamada de ayuda desde el hospital.
“La base de nosotros empezó a mandar mensajes por medio de la frecuencia de radio para que todo aquel que pudiera ayudar llevara su carro a la pista para iluminarla y así guiar al helicóptero”, dijo Alanís.
El taxista añadió que el mensaje le llegó cuandoya estabacer- ca de su casa, en Barranca, y aunque se sentía cansado por un larga jornada de trabajo no lo dudó para salir soplado hacia Chacarita.
Llegada iluminada. El taxista contó que cuando llegó a la pista de aterrizaje se llevó una bonita sorpresa al ver que un montón de compañeros también habían respondi- do al llamado.
“Los policías ya habían acordonado la pista y nos iban dirigiendo por donde teníamos que ingresar. Ya en la pistanos ubicamostreinta y cinco taxistas de un lado y treinta y cinco del otro para iluminar bien la pista para que aterrizara el helicóptero”, recordó.
Una vez colocados a lo largo de la pista, los taxistas pusieron las luces altas. También contaron con la ayuda de otros conductores y hasta personas que usaron sus celulares y focos.
Aunque la tarea de los choferes era mantener las luces encendidas, don Arturo dijo que todos vivieron momentos de mucha tensión pues sabían que los chiquitos estaban muy delicados y algunos taxistas empezaron a rezar para que los niños sobrevivieran.
Arturo añadió que el saber que ayudó para que los dos chiquitos llegaran con vida al Hospital Nacional de Niños es difícil de describir.
“Es un sentimiento como encontrado en el corazón de uno, como que Dios lo pone ahí porque Dios es el que mueve a las personas. Uno siente que debe colaborar sea como sea o cueste lo que cueste”, detalló.
Gente buena. Alanís dijo que esta bonita acción demuestra que hay muchos taxistas buenos y honrados que siempre están dispuestos a ayudar cuando sea necesario.
“Muchas veces se habla muy mal del taxista, pero como en todo hay taxistas buenos y otros con malas costumbres. Pero yo puedo decir que un taxista es un ángel guardián en la noche porque cuando han pasado asaltos o accidentes el taxista siempre está presente ayudando”.