Chepito, niños ticos y la NASA

Unos pellizcados chiquitos de las escuelas República de Francia y Juan Álvarez Azofeifa (Martinilla), de Santa Ana, muy bien motivados por su profesor de inglés Bruce James Callow, quedaron tan fascinados con la historia del disco de oro que viaja en las sondas Voyager, lanzadas al espacio en 1977, que quisieron saber más de la aventura. Con el impulso del profe, los escolares mandaron un montón de preguntas a la NASA, cuyos expertos tuvieron el detallazo de responderles.

En resumen, el disco de oro lleva un aterro de información sobre nuestro planeta, su ubicación, y sobre los seres humanos, con la idea que si una civilización alienígena lo encuentra sepa dónde estamos y tenga una idea de cómo somos.

Sin embargo, el extraordinario físico Stephen Hawking, fallecido en marzo pasado a los 76 años, aseguró que “si los extraterrestres nos visitaran, ocurriría lo mismo que cuando Cristóbal Colón desembarcó en América y nada salió bien para los nativos americanos”.

No obstante, creo que Hawking se mandó con esa idea por no conocer a los ticos, porque los extraterrestres que nos contacten cometerían el error de sus extrañas vidas.

Albino Vargas, con un buen chaleco amarillo, en segundos les monta un sindicato que los pondría al borde del exterminio. De eso damos fe los ticos, que estamos al borde del colapso...