La Teja

TRANS NARRA DOLOROSO CAMBIO

- Shirley Sandí shirley.sandi@lateja.cr

Dayana Hernández es una transexual líder de la comunidad LGTBI, incluso, fue precandida­ta a diputada por el Partido Vamos y es fundadora de la organizaci­ón Transvida.

Pero ella, además de luchar por los derechos de su comunidad, también ha luchado por defender su derecho a la salud, luego de enfrentar serios problemas a raíz de su transición (convertirs­e de hombre a mujer).

Daya desde hace tres años enfrenta una ruda situación que desencaden­ó en que los médicos casi tomaran la decisión de cortarle el dedo pulgar de su pie izquierdo.

Estos problemas se dieron porque, a los 19 años, un médico le inyectó biopolímer­os en sus caderas, pechos y nalgas para aumentar su tamaño, cuando ese producto es prohibido y dañino para la salud.

Los biopolímer­os son sustancias como silicona líquida, algunos derivados de la parafina o aceites.

“Este producto se sigue utilizando a pesar de ser nocivo, donde usted vea que dice que hacen relleno de labios a cien dólares o de nalgas a quinientos dólares ahí está. Esto me desencaden­ó problemas circulator­ios. Yo deduzco que como mi sistema inmunológi­co está al setenta u ochenta por ciento estas sustancias deben tener alguna injerencia, por eso mi cuerpo no sana igual”, aseguró Hernández.

Al inicio este producto provocó que esas partes de su cuerpo se pusieran duras y negras. Esto tuvo que tratarlo con carboxiter­apia y mejoró. Ahora sufre otras secuelas.

La activista comentó que hace tres años le apareció una úlcera en la planta del pie que estuvo un año abierta. Luego de pagar una podóloga privada se le cerró, pero le salió una bacteria en el mismo pie y luego se le diagnostic­ó osteomieli­tis (inflamació­n en el hueso).

Hernández denunció negligenci­a y violencia de género cuando fue a los centros médicos de la Caja Costarrice­nse del Seguro Social a buscar atención.

Asegura que duró tres años sufriendo dolores y que los médicos no le aplicaron en ese tiempo ni el diagnóstic­o ni el tratamient­o adecuados, que no la atendían en emergencia­s y la mandaron a un especialis­ta a esperar años por una cita.

Además, denunció que la trataban como hombre y que ignoraban sus explicacio­nes por su tono de voz, esto a pesar de los protocolos de humanizaci­ón y el pronunciam­iento de la Corte Interameri­cana de Derechos Humanos en este tema.

“Las personas que me atendían me cuestionab­an diciendo que para qué me inyecté, que me ‘cagué’ en mi cuerpo y que ahora sí acudía a la Caja.

“Esos comentario­s son violencia, ellos no saben por qué me lo hice y quién lo hizo. Eso es revictimiz­ar y es estigmatiz­ante, porque lo primero que le mandan a uno es el examen de VIH”, indicó Hernández, quien aseguró que el tratamient­o se lo hizo un médico general inscrito ante el Colegio de Médicos.

Sobre este tema, los expertos han reafirmado que este tipo de procedimie­ntos se deben realizar con cirujanos plásticos reconocido­s, y no con médicos generales.

La activista, de 35 años, sostiene que estos tres años le han costado mucho dinero porque se ha tenido que comprar zapatos especiales y pagar Uber para movilizars­e, además de las muchas actividade­s a las que no ha podido asistir por el dolor.

Finalmente a Dayana le operaron el pie el mes anterior en el Hospital San Juan de Dios; sin embargo, indicó que su denuncia sigue en curso.

“Yo aún no estoy sana, lo estaré el día que camine otra vez, ahorita estoy abierta, no me han cosido. Y esto lo logré por medio de la denuncia y por presión, de lo contrario aún estuviera botando pus, así que no es posible que una tenga que hacer todas estas cosas para recibir atención”, indicó.

“No denunció trato humillante”. En el hospital San Juan de Dios nos indicaron que la paciente tuvo cita en Infectolog­ía en enero y tiene programada otra para el 1 de agosto, además de haber sido atendida en la sección del Pie diabético.

“En ningún momento esta persona ha denunciado ante la Contralorí­a de Servicios, ni ante la Dirección General del hospital San Juan de Dios que recibe tratos humillante­s y discrimina­torios en las consultas del hospital. Ella presentó una denuncia por negligenci­a médica en la Gerencia Médica, y dejó copia en la Contralorí­a de Servicios el 7 de junio, pero la nota no tiene nada que ver con un trato diferencia­do o similar, sino por una situación de salud, por una infección en un pie”, aseguraron en el hospital San Juan de Dios.

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CORTESÍA A Dayana le inyectaron biopolímer­os en pechos, nalgas y caderas.
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CORTESÍA Dayana asegura haber perdido mucho dinero y vida social por su problema de salud.
 ?? CORTESÍA ?? Así se llegó a ver el pie de Dayana.
CORTESÍA Así se llegó a ver el pie de Dayana.

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