Orquídeas con extraña belleza
Para Keith Uhlenhaut, entre más exótica y colorida sea una orquídea, mejor.
A sus 57 años, este vecino de San Carlos ama esas plantas y lo que más disfruta de trabajar con ellas es tener la mente abierta para reproducir especies muy llamativas, que importa de países como Estados Unidos, Filipinas, Tailandia y Malasia, ya que estas son más difíciles de conseguir en el país.
“Me dedico a las orquídeas desde los 9 años. Mis abuelos siempre tuvieron colecciones de orquídeas y me atraían mucho”, contó el vecino de Pital.
El orquideólogo, quien es descendiente de alemanes, comentó que se inclina por las orquídeas más llamativas, ya que se salen de lo convencional en cuanto a tamaño y colores, también porque son más de difíciles de conseguir, además, de esta manera se le llega a clientes que buscan algo más especial. Él es el presidente de la Asociación Norteña de Orquideología y participará en la VII Exposición Nacional de Orquídeas de la Independencia, que iniciará este viernes y finalizará el domingo 1° de setiembre.
La actividad se llevará a cabo en el piso número 6 de la torre de estacionamientos del Hospital Clínica Bíblica.
60 mil plantas. Keith trabajó en bancos y hasta fue policía de fronteras, pero cada vez que tenía un chance se dedicaba a cuidar y cultivar sus plantas.
Él se pensionó en el 2013 y desde entonces se dedica formalmente a la reproducción y venta de estas plantas. En su casa tiene un vivero comercial llamado Maya Orchids. “Recuerdo que desde que era un niño me sentía atraído por la rareza de las orquídeas y trabajaba con ellas, sobre todo los fines de semana. Al día de hoy tengo una colección que no he podido cuantificar y de ellas saco las plantas que usaré para reproducir y vender en el vivero”, expresó.
En el vivero tiene unas 60 mil plantas para la venta y cada una está en los inventarios del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac).
“Estas plantas son principalmente para los coleccionistas. Con el paso de los años he descubierto especies que no me imaginaba que existían y algunas forman parte de mi colección. Me dedico a vender únicamente para el mercado local, pues exportar plantas requiere de muchos cuidados”, expresó.
Con sus manos. Todo lo que sabe de orquídeas lo aprendió de su abuelo y de algunos cursos que ha llevado en el INA y en otros países. Otras las fue conociendo sobre la marcha.
Entre las plantas más raras que ha reproducido y que le gustan está la grammatophyllum. A este tipo se le llama el gigante de las orquídeas y se importa de Filipinas. Es una planta con una gama de colores muy particular y cuando se cruza sus tonos pueden variar.
“También he trabajado con unas plantas llamadas bulbophyllum, que son muy exóticas y es un género que se encuentra en tres continentes: África, Asia y América”, contó.
Para Keith es muy satisfactorio trabajar con orquídeas, pues de esa manera se relaja. Además, cuando inició su negocio lo hizo de la mano con el proceso para dejar de fumar.
“Me dedico al negocio en cuerpo y alma. Como en todo, a veces las cosas no salen como uno quiere, pero no me puedo quejar, en las orquídeas encuentro más satisfacciones que otra cosa”, indicó.