PICHIRILA COMO
Don Edgar Jiménez tiene 84 años, le encanta pilotear su moto y sobre todo manejar su hermoso chuzo, el cual decidió presentar en nuestra esperada sección.
Jiménez, quien vive en la urbanización Los Dorados, en Desamparados, es propietario de un Datsun modelo 1969 Station Wagon, el cual cuida como si fuera un nieto de 50 años.
“No estoy pensionado, pero la pensión que me ha dado tatica Dios es la salud que tengo, no padezco de nada, solo quiero seguir viviendo tranquilo y la paso bien porque todavía ando en moto a los 84 años. Tengo licencia desde 1951”, dijo orgulloso este experto en electromecánica.
La historia de su Datsun inició hace 16 años cuando lo vio botado debajo de una chayotera en San Antonio de Desamparados. La nave estaba toda manchada.
Jiménez soltó ¢300 mil para comprarla y empezó a arreglarla. Desde ese momento se convirtió en su gran compañero.
“El precio estaba bien, valía le pena. He tenido varios carros antiguos y me gané trofeos con ellos
en los Carnavales de San José”, recordó el desamparadeño.
Aunque ha tenido chuzos antiguos, don Edgar decidió dejarse únicamente este Datsun, pese a que mucha gente le recomendó que se deshiciera de él.
No obstante, cree que le da un ejemplo a la juventud de que se deben valorar las cosas, porque aunque este carro tiene 50 años de haberse fabricado, aún da la talla.
“Muchos jóvenes debieron haberla visto (donde estaba tirada) y todo el proceso de restauración y es por eso que la mantengo hasta ahora”, añadió el josefino.
Entre las características del carro están su motor de gasolina de 1.400 centímetros cúbicos, tiene cuatro puertas, le caben cinco personas y el asiento trasero se puede acomodar de tal manera, que el carro se use para jalar carga, si fuera necesario.
Jiméne z destacó que los trabajos
llavines originales por unos de mayor calidad e instalarle a los vidrios un polarizado de seguridad”, dijo el mecánico bryan guido (8603- 5135). mecánicos los ha hecho él, de tal manera que no ha gastado mucha plata en mano de obra.
“De apodo le digo La Pichirila porque así le decían a los carros viejos en mis tiempos”, añadió don Edgar.
Con La Pichirila, cada 15 días va a Puerto Viejo de Sarapiquí a visitar familia, dice que le echa diez rojitos de combustible y de camino otros ¢5 mil y viaja sin congojas.
Además, este chuzo nunca lo ha dejado botado, no calienta ni le ha dado dolores de jupa. “En San José casi no lo saco, prefiero andar en moto. Lo tengo al día con el marchamo, la última vez pagué ¢68 mil”, recordó el experimentado conductor.