Desilusión
Es muy peligroso cuando las personas idealizan a su pareja ya que existen muchas posibilidades de que, como humana que es, se equivoque o falle.
La desilusión es muy difícil de manejar. Casi siempre dura mucho en sanar, de no ser que la persona que la sufre tenga un gran equilibrio emocional y su identidad claramente definida.
La desilusión produce mucha frustración y en algunos casos muchísimo dolor, por lo tanto, el peor error que una persona pueda cometer es decírselo a varias personas, ya que va a tener criterios encontrados y en algunos casos esas opiniones van a profundizar más el conflicto existencial; esto lo que va a provocar es que la desilusión sufrida dure más tiempo en sanar.
Existen algunos aspectos que pueden ayudar para que esta frustración se diluya, como por ejemplo el perdón y principalmente, que la persona se perdone a sí misma. Un elemento fundamental es que la persona se haga un autoanálisis basado en dos elementos: analizar qué tanto dimensiono la situación vivida respecto a su pareja y autoanalizarme sin que exista culpa en qué pude haber fallado como pareja.
Existe una expresión muy común y muy normal, pero que es muy ególatra que dice: “¿por qué a mí?”. Cuando las personas se hacen esta pregunta, es porque generalmente están pensando o tal vez creyendo que nunca van a fallar o que no se lo merecen.
Voy a atreverme a sugerirles un cambio de expresión y cambiar radicalmente la situación con un: “¡gracias a que esto me pasó a mí!
“La desilusión produce mucha frustración y en algunos casos muchísimo dolor”.