Y LAS BARRAS

las barras “organizadas” de los equipos de fútbol son una peste. desde que llegaron al país solo han dejado daños. Nadie puede decir que se ha visto beneficiado por ellas, que se han llenado de delincuentes. el miércoles tuvimos el ejemplo más reciente de esos perjuicios. Una persona resultó herida después de que un inconsciente disparara contra un bus en el que iban miembros de la Ultra. al maleante no le importó que el bus viajara lleno y abrió fuego sin medir las consecuencias. a estas alturas podríamos estar lamentando la muerte de un inocente debido a los problemas que hay todo el tiempo entre integrantes de barras rivales que, más que barras deberían ser llamadas bandas, como se define a los grupos formados por delincuentes.

Viajar en bus en el que va esa gente es siempre un riesgo. algunos van tomados o incluso drogados. la gente honesta se expone a un daño cuando personas así están cerca.

Ya lo vimos en el video del ataque al bus. los hombres a quienes seguían desde la carretera se movían por el autobús pidiéndole al chofer que no se detuviera porque sabían que el ataque era contra ellos. Nada les importó exponer al peligro a quienes regresaban tranquilos de sus trabajos a la casa, es decir, a gente de bien, no sin oficio ni beneficio como ellos. los miembros de esas nefastas barras tienen generalmente muy poco qué perder, de ahí que no les interese llevarse entre las patas a alguien más. Ya lo vimos cuando un aficionado de Herediano estuvo a punto de matar a uno del Cartaginés con una piedra. a algunos los mueven las peores intenciones. esas barras deberían desaparecer, quizás así los estadios y los buses sean entonces más seguros.