Ofrecían plata y después asaltaban
Ofrecer mucha plata de más por un viaje era el anzuelo que un grupo de robacarros utilizaba para pescar choferes y luego dejarlos a pata.
Así lograron darles por la jupa a 10 choferes que se ganaban la vida utilizando una plataforma electrónica (app) en la cual los clientes pueden regatear la tarifa con el chofer hasta llegar a un acuerdo.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) logró desmantelar ayer esa banda de maleantes por completo al detener al único bicho que le hacía falta, un hombre de apellidos Olivares Camacho y 24 años.
Heiner Cortés, jefe de la Sección de Robo de Vehículos del OIJ, explicó que a Olivares lo agarraron por medio de cuatro allanamientos hechos en San Vicente de Moravia, Purral e Ipís (en Goicoechea) y en Patio de Agua de Coronado.
“Durante los allanamientos decomisamos evidencia importante, como prendas de vestir que se usaron en los asaltos y una computadora portátil robada duranteun asalto en Pavas”, detalló Cortés.
No más golpes. Con la captura de Olivares Camacho el caso está prácticamente resuelto, pues el 23 de agosto de este año las autoridades habían agarrado ya a los demás miembros de la banda. Eran cinco hombres de apellidos Vega, de 19 años; Jirón, de 26; Hernández, de 28; Villalobos de 24 y Serrano de 28 años.
La Policía Judicial confirmó que hubo 10 bajonazos entre el 1 y el15 de agosto de este año y todos fueron en la madrugada, eso fue algo que llamó mucho la atención.
La forma de operar de los maleantes era siempre la misma: iban a bares muy frecuentados y desde allí pedían el servicio por medio de la aplicación (que se baja desde el celular).
Uno de los sujetos llevaba a los otros a bares muy populares y desde ahí pedían el servicio”.
Heiner Cortés, Jefe Sección Robo de Vehículos
5 hombres eran los que integraban la banda de delincuentes
Anzuelo. De inmediato los bichos lanzaban el anzuelo de la plata y así se llevaban entre las patas a los choferes. “Si el viaje costaba ¢4 mil ellos ofrecían ¢7 mil, ya que normalmente era entre la 1 y la 1:30 de la mañana cuando hacían la solicitud (para que el carro llegara a recogerlos)”, explicó Cortés.
Los maleantes siempre les pedían a los choferes que los llevaran a Patio de Agua, en Coronado, y apenas pasaban por una calle solitaria atacaban y les quitaban todo, empezando por el carro, lo que más les interesaba.