La Teja

Ofrecían plata y después asaltaban

- Adrián Galeano Calvo adrian.galeano@lateja.cr

Ofrecer mucha plata de más por un viaje era el anzuelo que un grupo de robacarros utilizaba para pescar choferes y luego dejarlos a pata.

Así lograron darles por la jupa a 10 choferes que se ganaban la vida utilizando una plataforma electrónic­a (app) en la cual los clientes pueden regatear la tarifa con el chofer hasta llegar a un acuerdo.

El Organismo de Investigac­ión Judicial (OIJ) logró desmantela­r ayer esa banda de maleantes por completo al detener al único bicho que le hacía falta, un hombre de apellidos Olivares Camacho y 24 años.

Heiner Cortés, jefe de la Sección de Robo de Vehículos del OIJ, explicó que a Olivares lo agarraron por medio de cuatro allanamien­tos hechos en San Vicente de Moravia, Purral e Ipís (en Goicoechea) y en Patio de Agua de Coronado.

“Durante los allanamien­tos decomisamo­s evidencia importante, como prendas de vestir que se usaron en los asaltos y una computador­a portátil robada duranteun asalto en Pavas”, detalló Cortés.

No más golpes. Con la captura de Olivares Camacho el caso está prácticame­nte resuelto, pues el 23 de agosto de este año las autoridade­s habían agarrado ya a los demás miembros de la banda. Eran cinco hombres de apellidos Vega, de 19 años; Jirón, de 26; Hernández, de 28; Villalobos de 24 y Serrano de 28 años.

La Policía Judicial confirmó que hubo 10 bajonazos entre el 1 y el15 de agosto de este año y todos fueron en la madrugada, eso fue algo que llamó mucho la atención.

La forma de operar de los maleantes era siempre la misma: iban a bares muy frecuentad­os y desde allí pedían el servicio por medio de la aplicación (que se baja desde el celular).

Uno de los sujetos llevaba a los otros a bares muy populares y desde ahí pedían el servicio”.

Heiner Cortés, Jefe Sección Robo de Vehículos

5 hombres eran los que integraban la banda de delincuent­es

Anzuelo. De inmediato los bichos lanzaban el anzuelo de la plata y así se llevaban entre las patas a los choferes. “Si el viaje costaba ¢4 mil ellos ofrecían ¢7 mil, ya que normalment­e era entre la 1 y la 1:30 de la mañana cuando hacían la solicitud (para que el carro llegara a recogerlos)”, explicó Cortés.

Los maleantes siempre les pedían a los choferes que los llevaran a Patio de Agua, en Coronado, y apenas pasaban por una calle solitaria atacaban y les quitaban todo, empezando por el carro, lo que más les interesaba.

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OIJ Los investigad­ores llegaron en este chuzo a detener al maleante.

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