DULCES COMO GALLETITAS DANESAS
“Fue una ceremonia como las que hay todos los días en el ayuntamiento, pero por primera vez en la historia dos hombres podían vivirla”, recuerda 30 años más tarde Iván Larsen, orgulloso de ser uno de los primeros homosexuales en dar ese paso en dinamarca. el 1º de octubre de 1989, el mismo día en que la ley danesa autorizaba la unión civil entre dos personas del mismo sexo, este pastor y su compañero Ove Carlsen, un sicólogo al que había conocido tres años y medio antes en un bar de copenhague, se casaban, algo normal actualmente en el mundo occidental, pero sensacional en aquel entonces. ese domingo Tom Ahlberg, vicealcalde a cargo de las bodas, abrió de manera excepcional las puertas del majestuoso ayuntamiento para celebrar las “alianzas” de 11 parejas homosexuales. Ambos con traje de color crema, ove, con pajarita rosa, e Iván, con una azul, tenían 42 años en aquel momento y fueron los segundos en oficializar su unión, después de Axel y Eigil Axgil, de 74 y 67 años, dos precursores de la causa gay en dinamarca y hoy fallecidos.
“Nos habían dicho que podíamos invitar a 25 personas en la sala de bodas. tuvimos tres”, cuenta divertido Iván larsen. luego de la ceremonia, cada pareja fue recibida por una multitud de entusiastas reunidos para la tradicional lluvia de arroz, antes de subir a una carroza con dirección a la sede del movimiento LGTB. “Pensamos que era necesario hablar de lo que pasaba en dinamarca, transmitir el mensaje: ‘es bueno y es posible”, dijo ove.