La Teja

Mamá hace dura confesión

- Alejandra Portuguez y Keyna Calderón alejandra.portuguez@lateja.cr

Andrea Acuña, mamá de la niña supuestame­nte abusada sexualment­e por su abuelastro, un pastor de apellidos Chacón Leandro, les dijo a los jueces de Cartago que su suegra, Sara Guillén, esposa del acusado, sentía temor de que él buscara en otras mujeres lo que ella no podía darle.

Esto se lo habría comentado antes de abril del 2016, cuando se enteraron de los abusos sexuales que presuntame­nte sufría la niña.

Al parecer, Sara le dijo a Andrea, su nuera, que ella estaba sufriendo de hemorragia­s y esto ponía de mal humor a Chacón.

“A ella le daba mucho miedo porque había pasado por la experienci­a de que cuando estuvo en un periodo así (sangrados) encontraro­n a Chacón (el pastor) abusando de una hermana de ella. La agarró a la fuerza hasta que llegaron y se la quitaron, entonces a Sara le daba miedo cuando no podía cumplirle como mujer porque él buscaba en otras lo que ella no podía darle”, dijo Acuña cuyo testimonio es parte de las pruebas que presentó el Ministerio Público y la abogada Angie Arce, representa­nte de la niña en contra del acusado.

Una más. La mamá de la niña también afirmó, en el debate, que otra muchacha que formaba parte de un coro de la iglesia acusó a Chacón de abuso, situación que provocó un escándalo.

Agregó que enterarse de los supuestos abusos sexuales en contra de su hija le causó un gran dolor porque ella confiaba en Chacón y hasta lo veía como su consejero.

“En el alma me dolió saber que puse toda la confianza de mis hijos y verla a ella (la hija) con el corazón destruido”, mencionó.

Niña recibe ayuda sicológica. La mamá de la chiquita les afirmó a los jueces que su hija fue valorada por un médico forense y además ha estado en control con sicólogo.

“Mi hija es una niña madura, independie­nte, valiente, inteligent­e y muy fuerte”.

“Quiero que acabe esta pesadilla, ha traído consecuenc­ias en mi matrimonio y en mi vida personal. Cuando ella (la hija) me contó todo lloré mucho”, manifestó Acuña.

Además, la suegra de Acuña en una ocasión le dijo a la familia que a Chacón (acusado) lo posee un espíritu que lo empuja a hacer cosas y que él no se da cuenta.

“Le dije que a mí no me hiciera creer loca”, expresó Acuña, luego de comentar lo del espíritu.

La mamá también aseguró que el acusado siempre le daba mucho regalos a la niña, mientras que a los otros niños de la familia no les daba nada.

“Creía que lo hacía por amor de abuelo porque desde que ella nació él marcó la diferencia, pero que desde que mi hija me contó lo que le hacía no le volví a hablar; sin embargo, el pasaba por la casa y señalaba a mi hija o parqueaba el carro frente a la escuela de mi hija”, confesó.

Pintaba con colores oscuros. Beatriz Mirau Sánchez, maestra de la menor en la escuela, también dio su testimonio en el que aseguró que la chiquita comenzó a cambiar a partir del segundo semestre del 2015.

“La chiquita hacía dibujos con muchos rayones con colores oscuros, peleaba con los compañeros, cuando debía orinar decía que no quería ir porque decía que había un mono grande y feo en el servicio, todo esto lo hablé con la mamá de la menor”, detalló la docente, quien fue la que comenzó a notar los cambios de la niña.

La maestra agregó que en clases les decía que nadie debía tocarles las partes íntimas y la niña luego dijo: “A mí (nombre del acusado) me toca las partes privadas”.

Mirau concluyó diciendo que la mamá de la niña es una madre amorosa, responsabl­e, cariñosa y se involucra en las actividade­s con los escolares.

Este juicio continúa la próxima semana.

A veces me parece que esto es una pesadilla, yo los había adoptado como una familia” Andrea Acuña mamá de la niña.

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FOTO: KEYNA CALDERÓN Helman Rojas abrazó a su esposa Andrea mientras ella declaraba en el juicio contra un pastor, abuelastro de la víctima.
 ?? FOTO: KEYNA CALDERÓN ?? La maestra Beatriz Mirau Sánchez fue la primera en notar cambios en el comportami­ento de la niña.
FOTO: KEYNA CALDERÓN La maestra Beatriz Mirau Sánchez fue la primera en notar cambios en el comportami­ento de la niña.

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