“NADA LE COSTABA SOLTAR EL CELULAR”
ESPOSA DE HÉROE ASESINADO AL TRATAR DE EVITAR ASALTO
“La muchacha a la que él ayudó y me se me acercó pidió perdón”
Rosibel Aguilar no puede dejar de pensar en que si la joven a la que le querían robar el celular en La Sabana lo hubiera soltado de buenas a primeras, su esposo estaría vivo.
Aguilar contó que a su marido, Rándall Ulloa Acuña, de 39 años, siempre le molestaron las injusticias y aunque ella le decía que no se metiera en pleitos ajenos, él siempre ayudaba a todo el que podía.
“Ayer (jueves) cuando yo llegué al lugar donde lo mataron la muchacha a la que él ayudó se me acercó muy asustada y me pidió perdón, yo le dije que no era culpa de ella, pero luego de meditarlo un poco pienso que nada le costaba a ella soltar el celular”, expresó muy dolida.
“Él era un hombre muy recto y educado, era ingeniero en computación y trabajaba en la empresa SBR Netmarketing, siempre se dio a querer por lo servicial que era, esto le pasó por lo bueno que era”.
La Policía Judicial informó que el ataque mortal ocurrió a eso de las 6:15 p. m., cerca de las canchas de béisbol del parque La Sabana. Un asaltante que iba en bici se acercó a una joven para exigirle las pertenencias, entre ellas el celular; ella
Él siempre me acompañaba a correr a La Sabana entre las 2:30 y las 3 de la mañana y ahí mismo lo mataron”. Rosibel Aguilar, esposa de la víctima:
lo andaba en el bolso y el sospechoso le puso un puñal en el estómago para que lo entregara. En ese momento, Rándall iba pasando y se percató de lo que ocurría, por lo que se metió a defenderla. El asesino reaccionó rápidamente, le pegó una puñalada en el pecho y escapó en la bicicleta con el celular de la muchacha. Los oficiales de la Fuerza Pública hicieron un rastreo para tratar de dar con el desalmado, pero no lograron divisarlo; la última vez que pudieron monitorear el celular de la joven fue en avenida 10, después perdieron la señal.
Nunca se resista. Milton Alvarado, director de operaciones del Ministerio de Seguridad, insiste que en estos casos lo mejor es entregar las cosas.
“Yo puedo entender la frustración que siente una persona cuando le quieren quitar a la fuerza un bien que le ha costado ganarse, pero ningún objeto o propiedad vale más que la vida.
“En esos casos lo mejor es entregar las cosas sin resistirse y tratar, sin exponerse, de ver características del sospechoso que luego permitan identificarlo. Es importante que vean la estatura del delincuente, el color de piel, si tiene tatuajes, cicatrices, la ropa que anda, los zapatos, todo eso es valioso”, detalló el jefe policial.
En cuanto a la seguridad de La Sabana, el oficial dice que han venido reforzando la presencia policial, pero están analizando un replanteamiento debido al homicidio de Ulloa.
“En las horas más críticas tenemos dos parejas de oficiales patrullando en cuadraciclos, una pareja en moto, dos parejas caminando, una patrulla de la Policía Montada y una patrulla que recorre los alrededores del parque, hemos estado haciendo un esfuerzo importante para dar mayor seguridad a las personas que pasan por ahí”, agregó Alvarado.
Comida quedó pendiente. Rosibel Aguilar contó que esta trágica noche ella estaba en la casa con una amiga esperando a que llegara su esposo para comer, pero supo que algo andaba mal cuando vio que no aparecía. Le puso un par de mensajes de texto para ver si había tenido algún atraso, pero no recibió respuesta.
“Mientras mi amiga y yo esperábamos salimos a comprar unos helados y un hombre pasó diciendo que habían matado a alguien en La Sabana, cerca de la casa, entonces nos devolvimos a agarrar el carro para ir a ver que había pasado”, relató.
Al llegar, Rosibel confirmó el peor de sus temores, Rándall había muerto y su cuerpo estaba tirado cerca del Estadio Nacional, con una sábana encima.
En el lugar la esposa tenía muchos sentimientos encontrados, ya que con frecuencia ella y su esposo iban a La Sabana a correr, ya que acostumbraban participar en eventos deportivos.
“Yo le pedí a los policías que estaban ahí que me dieran permiso de acercarme a él para darle un beso en la frente, pero como se trataba de un homicidio, no me dejaron”, detalló.
Rosibel dijo que el cuerpo de su esposo fue velado durante la noche de este viernes en la iglesia de San Rafael de Oreamuno, en Cartago y será sepultado este sábado a las 9 de la mañana en esa misma localidad.