TRÁGICA MUERTE DEL PIQUE DE AMADOR
“A pesar de que Cristian murió, ahí están los nietos corriendo”
En un trágico accidente en la Vuelta de la Juventud del 2005, el ciclismo costarricense perdió a uno de sus más prometedores deportistas y Andrey Amador, quien correrá con el Ineos de Inglaterra, a su máximo rival del momento: Cristian Montero.
El 12 de agosto de aquel año se corría la tercera etapa de Puriscal a Grifo Alto.
En una curva, Cristian, de 19 años, se topó de frente al bus placa AB 284, conducido por Luis Montero Guevara, quien desobedeció la orden de detenerse del oficial de tránsito y el joven ciclista no pudo esquivarlo. Montero murió instantáneamente al pegar con el bus y sufrir serias lesiones en su corazón y pulmones.
Según expertos del ciclismo, en la zona en la que ocurrió la tragedia los pedalistas pueden bajar a una velocidad de entre 60 y 70 kilómetros por hora.
Cristian formaba parte de una familia de ciclistas, era menor de cuatro hermanos varones (de nueve en total) y su madre, Luz Marina Villalobos fue quien les heredó la pasión por el deporte de los pedales.
En su corta, pero prometedora carrera, fue campeón en la categoría sub-19 en la Vuelta de la Juventud del 2002. Su hermano mayor, Raúl, ganó la Vuelta a Costa Rica de 1989 y ese mismo año, otro de sus hermanos, Arnulfo, se coronó en la categoría de novatos.
Catorce años después del duro acontecimiento, doña Luz Marina nos recibió en su casa, en San Ramón de Alajuela, y aseguró que ese difícil momento lo tiene tan claro como si hubiera pasado ayer.
–¿Cómo era él como hijo?
Él empezó a entrenar desde jovencito, Arnulfo era el entrenador, con bicicletas armadas con piezas que ni eran de ellos. Era muy calmado y buena gente, no es porque es mi hijo, pero era muy cariñoso con todo mundo, muy de la casa, gracias a Dios fue muy sano y estudioso.
–¿Cómo fue aquel 12 de agosto?
Fue muy duro porque yo en la mañana, apenas amaneció, a las 6 de la mañana, no recuerdo si yo lo llamé o él me llamó. Cuando hablamos lo oí un poco desanimado, le digo: ‘Cristian, ¿qué le pasa?’ Porque él no me podía engañar, yo en la voz sentí que estaba triste.
Le digo ‘¿usted está bien’? y me dice: ‘sí, estoy muy bien’, pero el día anterior habían corrido el velódromo y (Henry) Raabe le había metido 30 segundos, entonces el patrocinador lo había regañado, el entrenador y no se cuál otro, entonces él les dijo: ‘no se preocupen, hoy voy a volar, hoy vuelo y le gano a Raabe’.
Y sí le ganó porque se fue al cielo directo. Cuando lo noté triste le pregunté y no me quiso decir, me dijo que iba a desayunar, lo encomendé bien a Dios; me di cuenta que a él le pasó eso, de su tristeza, como hasta las once de la noche que vino la novia a la vela y nos contó que él había estado llorando.
–¿Cómo se entera usted?
José Alberto, el hermano, avisa porque él estaba entrenando en San José y resulta que llamó a Roxana, mi nuera, y le dijo que Cristian había tenido un accidente y que estaba muy mal, que estaba inconsciente y cuando me dijo eso yo estaba limpiando la cocina,. Me dicen que saben que soy una persona muy fuerte.
Cuando ella me dice eso, yo me dije: ‘seguro es que está muerto y no me quiere decir. Entonces le digo: ‘Dios me lo da, Dios me lo quita’ y me quedé ahí. Cuando sonó después el teléfono, mi nuera contestó y José Alberto avisó que estaba muerto. Le digo: ‘¿qué, murió?’ y me dice: ‘Sí, doña Luz’, entonces lo que hice fue encomendárselo a Dios, le dije: ‘Señor era tuyo, era prestado, llévatelo contigo al cielo porque allá estará mejor’.
Me dolió mucho, quedé en shock. Solo estaba mi hija y ella sí se revolcaba y me decía: ‘mami, dígame que es mentira’ y yo le decía: ‘no mamita, cálmese’, porque te
Solo de Dios viene la fuerza para soportar un golpe así tan fuerte”.
Luz Marina Villalobos Mamá del ciclista
nía que llamar a mis papás y a la familia de mi esposo para avisar.
Gracias a Dios no perdí el sentido, e inmediatamente comenzaron a venir los vecinos porque en la tele empezó a salir la noticia, casi lo saben primero los vecinos que yo. Mi esposo no estaba, andaba trabajando y lo mandé a traer, cuando llegó aquí vio que es
taba poniendo lazos y flores, él pregunta qué pasó, entonces mi hija mayor le dijo que Cristian se accidentó.
–¿Cuál fue el momento más duro?
Recibir la noticia fue lo más fuerte y ya a la hora de meterlo el ataúd bajo tierra.
–¿Y llegó a ver el bus con el que chocó?
No, la bicicleta y la ropa ellos la trajeron y no me la querían enseñar, yo quería verla porque si aguanté verlo a él en la caja y todo...Me decían que no lo tocara, que lo dejara queditico, no sabía que la cabeza estaba rota y el bracito estaba despegado, las costillas se le quebraron y se le introdujeron en los pulmones y corazón, el quedó desnucado de una vez.
Yo fui a Grifo Alto donde pasó el accidente, veía las fotos y las repasaba, por ahí tengo todos los periódicos. Él andaba esta esclavita (la que anda ahora ella) y catorce años después yo la ando.
–¿Quién se encargó del cuerpo?
De eso mi esposo con Arnulfo. El cuerpo no lo trajeron ese día, hubo que dejarlo el viernes en refrigeración
–¿Por qué duró tanto el caso de su hijo?
Hubo atrasos y ellos presen