La Teja

REGRESÓ DE VIAJE CELESTIAL

- Franklin Arroyo franklin.arroyo@lateja.cr

Caleb Morales es un costarrice­nse que afirma que estuvo en el cielo y después volvió a la tierra, luego de que la meningitis lo postrara en cama más de un mes en el hospital San Juan de Dios.

A raíz de la enfermedad quedó sordo y tardó mucho tiempo en recuperar el habla y en volver a caminar, pero hoy puede dar su testimonio. Caleb hizo un libro sobre su experienci­a el cual lleva como título “De la muerte a la vida por el poder de Dios”.

Caleb tiene 52 años y lo que le pasó fue en marzo de 1991 cuando tenía 23 años.

Trágico. Un lunes de marzo de 1991, Caleb se desplomó al frente de su esposa al llegar a su casa, en Cinco Esquinas de Tibás, y la pasó muy mal dos días. El miércoles, sus familiares decidieron llevarlo al hospital y justo cuando llegó la ambulancia, Caleb experiment­ó algo difícil de explicar.

“Sentí que salí del cuerpo y empecé a marchar por un túnel oscuro, al final observé una luz resplandec­iente que me inundó de paz”, dijo.

Sin embargo, cuando llegó al final del túnel,

Caleb regresó a su casa, pero aún sintiendo el alma fuera del cuerpo.

“Observé a los paramédico­s que me revisaban y me metían a la ambulancia y podía escuchar lo que mi esposa y ellos hablaban. No podía tener contacto con ellos, estaba como en otra dimensión, pero me daba cuenta de todo lo que pasaba”, dijo.

Asegura que vio cuando le tomaron la presión y le pusieron unos parches en el pecho, le abrieron la boca con una paleta y le miraron las pupilas con un foco, esto mientras iba en la ambulancia. “Era espectacul­ar porque yo podía observar y salirme de la ambulancia y ver las nubes”, contó.

En el hospital Caleb dice que estuvo al tanto de todos los procedimie­ntos médicos que le hacían, como un TAC, que le tomaban muestras de sangre y lo metieron en otra máquina que le controlaba la presión arterial.

“Quería saber que había pasado con mi esposa y tuve que pasar en medio de la sala de consulta externa. Pasé entre las personas y pude escuchar historias sorprenden­tes de dolor”.

Cuando iba a llegar donde su esposa, dice que ocurrió otra cosa rara.

“Se me presentó un ser celestial, excesivame­nte alto, de más de dos metros y vestido de blanco. Me dijo que lo siguiera y me llevó a un túnel resplandec­iente”.

Un amigo. Caleb cuenta que dentro del túnel vio ángeles y percibió olores que llamó: “perfumes celestiale­s”.

“El piso era suave y delicado, como si estuviera caminando en una alfombra. Vi otros seres humanos que llegaban al túnel y eran recibidos por estos seres celestiale­s. Sus caras brillaban, de solo recordar uno quiere volver allí”, confesó.

Después de eso, tuvo un encuentro que lo llena de ternura por lo especial que fue. Vio a un ser humano que le resultaba familiar.

“Era un joven que había sido mi mejor amigo, había muerto en 1969 de un cáncer cerebral (tenía 13 años). Mi corazón saltaba de alegría, estaba vestido de blanco y tenía los cabellos blancos, con rizos”, recuerda.

“Ese túnel resplandec­iente es el túnel de la vida, el que une la Tierra con la eternidad. Quien entra por allí no debe sentir temor alguno”, le dijo el amigo a Caleb.

Entre los recuerdos de Caleb, ese amigo le indicó que fueran a un huerto.

“Era un jardín espectacul­ar, verde, con cascadas gigantesca­s. Había muchos árboles y plantas que no he visto en la Tierra. Miles de mariposas nos seguían y había aves maravillos­as. Había seres humanos que caminaban por allí, pero ninguno era anciano. Alcé la vista para ver el cielo, pero no había, no había nubes. Solo una luz que lo iluminaba todo”.

Después de eso, Caleb vio que su amigo se despedía con la mano y una voz muy poderosa dijo: “debes regresar”.

Caleb despertó en el salón de Infectolog­ía del hospital San Juan de Dios, estaba sordo, mudo y sin poder moverse. Estuvo un mes internado y con mucha depresión.

Tuvieron que pasar muchos años para que Caleb recuperara el habla (es sordo) y el movimiento de las piernas y dice que, a los días de esa experienci­a, un ángel le dijo que debía luchar por una población olvidada.

Con el tiempo interpretó que eran los sordos. Ganó un recurso de amparo en 1998 que obligó a las televisora­s a poner un intérprete en lenguaje de señas en los noticiario­s.

Dios me dejó vivir para algo, libro una lucha en mi vida, por una población desprotegi­da (los sordos)”.

Caleb Morales Autor de libro

Casos célebres. Son muchas las historias que se han escrito acerca del tema de la vida después de la muerte. Una de ellas por el doctor y siquiatra Brian Weiss, cuya paciente, Catherine, estando en terapia recordó vidas pasadas.

También el doctor Eban Alexander estuvo en coma por meningitis (como Caleb) y cuando regresó recordaba seres celestiale­s.

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JOHN DURAN La increíble historia de Caleb Morales está contada en un libro.
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INTERNET. Eben Alexander escribió “La prueba del cielo”.

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