La Teja

León botó herrumbre

- Sergio Alvarado sergio.alvarado@lateja.cr

Alajuelens­e soltó herrumbre y retomó el ritmo con el que se convirtió en el superlíder del torneo de Apertura al derrotar 3-1 a Jicaral anoche en el Morera Soto.

El León cerró la fase regular con 52 unidades, doce más que el Monstruo y con la confianza renovada.

Después de 18 días por el parón del torneo, la Liga volvió a tocar bola, aflojar piernas y tomar ritmo de cara a las semifinale­s ante los porteños, en un partido que en el papel no estaba para sufrir ningún colerón ni nada por el estilo.

La mentalidad de los erizos, con solo ver la alineación, era la de salir a ganar en el cierre de la primera ronda, retomar confianza, tomar aire y mostrar que sigue fuerte en su lucha por conquistar la ansiada 30.

Andres Carevic le tiró su mejor equipo al Huracán de la Península, solo dejó fuera a Alex López, quien jugó el fin de semana con la selección de Honduras y a Ariel Lassiter, quien se viene recuperand­o de una lesión y entró de cambio en el segundo tiempo.

El León dejó su marca desde muy temprano, con el gol de Marcos Danilo Ureña apenas en seis minutos, después de que el hombre cazó un centro que venía incómodo desde la izquierda y con toque a la esquina mató a Joussef Delgado.

Para el orgullo de Palmichal de Acosta es el séptimo pepino del torneo, muestra de que está jugando su mejor semestre en mucho tiempo, o años y que con la rojinegra al pecho se siente puras tejas.

La Liga tenía el partido tranquilo y dominando, el juego de pelotazo de Jicaral se moría fácilmente en el centro de la zaga eriza con Junior Díaz y Henry Figueroa, quienes no sufrían en lo absoluto.

El que llegó a preocupar a los erizos fue el réferi William Mattus, quien le regaló el empate a los visitantes con un cobro de penal que solo él vio y dejó incrédulo a todo mundo en la Catedral.

El árbitro pitó una “falta” de Figueroa sobre Javier Camareno, cuando el catracho llegó primero a rechazar una bola y luego encogió el pie, por la inercia de la jugada chocaron, pero no había falta por ningún lado.

Sin responsabi­lidad alguna por el error del árbitro, Wálter Chévez aprovechó la opción y empató el partido a los 32 con un remate sobre el lado izquierdo de Pineda, quien se lanzó al lado contrario.

La inesperada igualada le dio un aire de confianza al Huracán que se acercó con un par de jugadas de peligro, una de Camareno al 34 que tapó bien Adonis y otra al 44 en la que el jicaraleño pudo hacer más.

Cuando Mattus pitó el final del primer tiempo, el técnico liguista Andrés Carevic se acercó a hablar con él, pero entre el cuarteto arbitral lo acuerparon, el argentino no pudo ni hablar y lo expulsaron de una vez.

Según Randall Poveda, analista arbitral de Deportes Repretel, FIFA realizó recienteme­nte una modificaci­ón a las reglas, en la que nadie del cuerpo técnico ni jugadores se puede acercar a decirle algo al árbitro, si lo hacen lo expulsan.

Carevic evidenteme­nte no conocía esa regla y por eso, posiblemen­te, estará fuera de ambos partidos de semifinale­s al ser echado por roja directa.

Seis de la suerte. Para el segundo tiempo, los erizos arrancaron de nuevo con las pilas puestas y otra vez marcó al minuto seis, en esta oportunida­d con el tiro libre de Bernald Alfaro.

Al chamaco le quedó un tiro libre en el perfil derecho, del mismo lado que los solía hacer cuando jugaba para Carmelita, el joven volante se tuvo confianza, lo dejaron patear y clavó la pecosa al lado izquierdo de Joussef.

El pique de la pecosa se comió al meta jicaraleño en un remate que no iba tan duro y da la impresión que el porteño pudo hacer más, pero el remate iba bien colocado.

Con la ventaja, la Liga pulseó un golcito más por si le aplicaban la del primer tiempo y presionó el marco rival, por lo que apostó hasta por los ingresos de Jonathan Moya y Ariel Lassiter en lugar de Ureña y Barlon Sequeira.

Por fin celebró en la Catedral. Al minuto 93, llegó el gol de Ariel Lassiter, quien logró romper su “maldición” de no anotar en el Morera Soto y metió su pimer pepino en la Catedral este torneo. El turrialbeñ­o llegó a doce pepinos y está a uno del líder: Álvaro Saborío.

La victoria ante Jicaral amagó cualquier señal de bajón, luego del empate ante Cartaginés y la derrota ante San Carlos para mostrar que en semifinale­s viene como ese equipo que muchos señalan como el candidato al título.

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JOSE CORDERO Marcos Ureña abrió el marcador en la Liga, con su séptimo pepino del torneo.
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JOSE CORDERO Carevic salió calientísi­mo con su expulsión.

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